Apoyados en la misma naturaleza, comunidades del corregimiento de Chiquí, en el municipio de San Bernardo del Viento, en la zona costera de Córdoba, lograron sacar adelante el primer piloto nacional de Eco-Reducción del Riesgo de Desastres (Eco-RRD), una estrategia que combina la participación comunitaria y las soluciones basadas en la naturaleza para enfrentar los efectos del cambio climático en zonas altamente vulnerables a inundaciones y aumento del nivel del mar.

El proyecto, que tuvo su cierre este martes 23 de septiembre, fue liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el acompañamiento técnico de Fondo Acción y fue financiado por el programa EUROCLIMA de la Unión Europea, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Las comunidades, protagonistas de la ejecución de este innovador proyecto, destacaron el impacto que tiene en su territorio las tres actividades que se ejecutaron durante cuatro meses: : limpieza superficial de caños y canales; revegetación de las riberas y márgenes de cuerpos de agua con especies nativas y la implementación de un Sistema de Monitoreo Comunitario Participativo. Al ser implementadas estas medidas por las organizaciones comunitarias, se logra la apropiación del proyecto, así como a su sostenibilidad, pues la participación activa genera un vínculo positivo con el cuidado y uso sostenible de los ecosistemas. Además, todas las actividades fueron concertadas con los habitantes, que, a través de talleres y grupos focales, identificaron las problemáticas, caracterizaron los riesgos y formularon soluciones.

Luis Canchila, de la Asociación Ambientalista de Mangleros de La Balsa, ASOMANGLEBAL, expresó que: “esto ha sido una gran oportunidad y algo que no se había visto en este territorio, ya que esto ha sido un gran beneficio para nuestra región, para Chiquí, La Balsa, Chambá, ya que estamos librándonos de una gran inundación. Este año la inundación directamente no se hizo aquí en Chiquí, sino que bajó, porque las aguas, con la limpieza de caños que se hizo, pasaron directamente hacia el mar”.

El proyecto hizo posible que la comunidad se uniera, y la labor de limpieza de caños y siembra de mangle y otras especies maderables como campano, roble y ébano, tamborero, cantagallo, así como mangle zaragoza y rojo, fue realizada por la Asociación Ambientalista Agroacuicola del Corregimiento de Chiquí, ASOAGROCHI y la Junta de Acción Comunal. Las mujeres también hicieron parte de estas actividades.

Una de las técnicas que se usó para la siembra de mangle fue la de isla flotante sobre áreas inundables en las riberas de los caños, canales y ciénaga El Charcón, que anteriormente se aplicaba para la agricultura, según reseñaron los habitantes del Chiquí. Las especies fueron producidas en un vivero comunitario creado por las mismas organizaciones, logrando sembrar más de 11 mil plántulas, entre especies de mangle y árboles maderables, entre el proceso de siembra y resiembra.

Para el cierre del proyecto, se realizó un recorrido por los caños que fueron intervenidos manualmente por la comunidad, en el que también se pudo apreciar la instalación de linímetros, que funcionan como una especie de regla para medir el nivel del agua, y de esta manera, la comunidad pueda monitorear y emitir las alertas tempranas. “Medir el nivel del agua para así de inmediato dar una voz de alerta de acuerdo al nivel que se iba registrando los linímetros”, explicó Manuel Buelvas, de la Junta de Acción Comunal.

A esta Red de Monitoreo Comunitario Participativo también se involucró a los estudiantes de últimos grados de la Institución Educativa Chiquí. “En el pueblo se han instalado cuatro pluviómetros donde se mide la cantidad de agua que cae cuando llueve para llevar un registro y así activar las alertas”, comentó Buelvas.

Adicionalmente, se hizo la firma simbólica de un acuerdo de conservación para sellar el compromiso comunitario y de las autoridades locales, como Alcaldía y Gobernación, así como la corporación ambiental CVS, para que el proceso iniciado se siga fortaleciendo.

Con esta apuesta, San Bernardo del Viento es un referente nacional en restauración ecológica y gestión del riesgo comunitaria, demostrando cómo la participación activa de las comunidades es clave para el éxito de las estrategias de adaptación climática.

Sobre Euroclima

Euroclima es el programa emblemático de la Unión Europea (UE) que fortalece la asociación con la región de América Latina y el Caribe (ALC) para una transición sostenible y justa, mediante acciones y diálogos tanto a nivel nacional como regional.

Al fortalecer el entorno propicio, catalizar iniciativas clave en sectores prioritarios y facilitar el acceso y la movilización de financiamiento e inversión climática y verde, la UE y los países de ALC están sentando las bases para la transformación profunda necesaria que permita colaborar y hacer frente a las amenazas inmediatas y existenciales que enfrentamos.