Durante el encuentro nacional de Colombia2020, el jefe de la misión de la ONU, Jean Arnault, dio un preocupante balance de la reincorporación de los excombatientes de las Farc a la fecha e hizo un llamado para redoblar esfuerzos para no vislumbrar su fracasar.

Señaló que la falta de actualización de las bases de datos de la Policía, de la Procuraduría y del Sistema Judicial ha llevado a que miembros de las Farc, certificados por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, “estén todavía detenidos por la Policía Nacional, tengan dificultades para acceder al sistema bancario o firmar contratos con el Estado”, aseguró Arnault.

Asimismo, sostuvo que los servicios de salud disponibles son de limitada eficacia para los casos más graves de discapacitados, lisiados y enfermos crónicos de las Farc.

Pero sobre todo, Arnault resaltó la falta de “perspectiva certera de reintegración productiva a largo plazo que más afecta la confianza de los exguerrilleros en la reincorporación”.  Arnault recordó que a la fechano existe todavía un plan marco de reincorporación – el mandato central del Consejo Nacional de Reincorporación establecido hace un poco menos de un año.

En su ausencia, hay una serie de iniciativas que han sido tomadas, o están siendo tomadas, en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCRs), con varios grados de éxito. En 10 de los 26 ETCRs, contó Arnault,  existen ahora 22 proyectos productivos en curso, realizados por los exguerrilleros, esencialmente con sus propios recursos y el apoyo de universidades, autoridades locales y actores del territorio, tanto para el auto-consumo como para comercialización.

Sin embargo, el jefe de la misión de la ONU recalcó que “todas esas actividades no pueden eclipsar el hecho de que a la fecha, un muy alto porcentaje de los exmiembros de las Farc ya no están en los ETCRs”.Para Arnault el fenómeno llama la atención.  Los exguerrilleros eran unos 8,000 al 20 de mayo en las zonas veredales donde dejaron las armas y hoy estiman que son 45% los que quedan en los ETCRs (eso significa que cerca de 4.300 excombatientes se habrían ido de los espacios).

Estas salidas no se originan todas en la desilusión frente a la ausencia de perspectivas socioeconómicas.   Lógicamente, según Arnault, «un número de exguerrilleros han querido reunirse con sus familias, hacer política, buscar reincorporación por su propia cuenta, entre otros». Sin embargo, «el mayor determinante de las salidas es efectivamente, de acuerdo a las entrevistas realizadas por la Misión, es la pérdida de confianza en las perspectivas que ofrecen los ETCRs.   Muchas expectativas incumplidas por mucho tiempo».  Y aseguró que los espacios de reincoporación del Gallo y de Policarpa han sido abandonados casi totalmente y sus residentes se han trasladado a lugares que les parecen más propicios.   De otros espacios, que no fueron abandonadas, «grupos de 20 a 50 exguerrilleros están saliendo con el mismo propósito», dijo Arnault durante su discurso de instalación de este encuentro de Colombia2020.

Finalmente, Arnault recordó que no se trata solamente de cumplir con un compromiso adquirido, se trata de un tema de evidente interés nacional. «La reincorporación no intenta crear un segmento de privilegiados sino lograr un objetivo fundamental para toda sociedad. Nadie puede tener interés en que exguerrilleros desilusionados de la posibilidad de integrarse a la vida civil en condiciones de seguridad y sostenibilidad vayan gravitando hacia las economías ilegales.   Este fenómeno se dio en cierta medida en Colombia luego de la desmovilización de los paramilitares en los años 2000.  También ha habido un buen número de experiencias de reincorporación fallida a nivel internacional que han regenerado violencia», aseguró.

Frente a estos retos, según Arnault, es necesario seguir adelante con las actividades que ya empezaron:  «que se finalice el plan marco de reincorporación.   Que la dejación de armas y la certificación de los exguerrilleros se traduzca efectivamente en seguridad física y jurídica».

De la misma manera, Arnault señaló como salida que la experiencia muy alentadora de los proyectos productivos en varios de los ETCR  pone de relieve un elemento que no figuraba en el Acuerdo de Paz y cuya relevancia es imposible de desconocer hoy:  «el acceso a la tierra para dar sostenibilidad a los proyectos productivos existentes, para abrir perspectivas a exguerrilleros en otras regiones del país, para restaurar la confianza perdida en la posibilidad de lograr seguridad económica en tiempo de paz».

Teniendo en cuenta que los guerrilleros son principalmente campesinos ( 77% de acuerdo al censo de los miembros de las Farc realizado por la Universidad Nacional hace unos meses.  Y no es casualidad si muchos de los acuerdos de paz incluyen entre sus disposiciones  el acceso a tierra).  «Para afianzar la reincorporación frente a los desafíos de las economías ilegales, agilizar el acceso a la tierra es una prioridad.  Estudios ya han sido realizados y marcos jurídicos identificados, que deberían permitir la pronta toma de las decisiones pertinentes en esa materia», recalcó Arnault.

Al cierre de su intervención, a pesar de las dificultades, Arnault afirmó que tiene «la convicción, fortalecida por el dinamismo que hemos constatado por parte de universidades, empresarios, autoridades municipales y departamentales, asociaciones y comunidades, que la reincorporación tiene vocación para ser un catalizador de unidad de esfuerzos en torno al desarrollo territorial, y por ende, un mensaje concreto, tangible de reconciliación nacional».

Tomado de: elespectador.com