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Por. Oswaldo Marchena Mendoza.

Cuando el Presidente Juan Manuel Santos venga a reunirse con alcaldes de Córdoba para hablar de paz, no le harán mala cara, porque ninguno pertenece al Centro Democrático

@marchenojob

En la agenda política de Córdoba, por lo menos en la de los próximos 4 años, el Centro Democrático no tendrá oficios políticos, no tiene como, con un diputado en la Asamblea Departamental y sin haber jugado papel preponderante en los triunfos del nuevo gobernador y alcalde de Montería, el movimiento de Uribe no tiene modo de influir en la vida política del departamento y de su capital.

El hecho que el partido de Uribe esté desactivado políticamente en Córdoba es bueno para sacar adelante en esta región el plebiscito de la paz del actual gobierno nacional, el Centro Democrático a raíz de su derrota electoral en las pasadas elecciones en el departamento, no tendrá escenarios válidos para ventilar su agenda de guerra, y eso es bueno para el proceso de paz.

Ahora, uno no entiende como un partido cuya lista a senado obtuvo en Córdoba 42 mil votos en las elecciones de marzo de 2014, la gasolina solo le haya alcanzado para un diputado y un concejal en Montería. Es más, en el departamento saben que ese diputado, Jacob Nader Name, no tiene el ADN uribista, que es un viejo zorro político con un pasado enmarcado en el desaparecido MIPOL y que si aterrizó en el Centro Democrático fue gracias a su habilidad, porque sabía que en esa lista tenía chance de llegar a la Asamblea Departamental. Nader Name ganó un curul en la Asamblea no solo con los votos uribistas, él ya venía con un capital político propio.

¿Por qué se desmoronó electoralmente en Córdoba el Centro Democrático?

Cuando un equipo de fútbol no gana la culpa es del técnico, o en algunos casos porque los jugadores no se ciñen a un libreto. Llama la atención que mientras el expresidente Álvaro Uribe reflexionó públicamente sobre la derrota electoral en Colombia, en Córdoba, su vocero, el senador Daniel Cabrales, responsable del manejo político, no se haya pronunciado sobre el desastre electoral que golpeó a su partido el pasado 25 de octubre.

Basta mirar algunos resultados electorales de candidatos del Centro Democrático en alcaldías de municipios de Córdoba para entender la dimensión de la crisis. En San Antero, su candidato Eduardo José Villadiego Barrozo, obtuvo 58 votos, mientras el ganador, Dennis Chica Fuentes, sumó 9095 votos; en Tuchín su carta fue Luís Fernando Ortiz con 325 votos, la alcaldía la ganó Noris del Carmen Hernández Velásquez con 8952 votos;  en el municipio costanero Puerto Escondido, el CD buscó la alcaldía con Samir Espitia Pitalua, quien alcanzó 172 votos, muy lejos de los 5540 que obtuvo la ganadora Cristilda María Marsiglia Hernández.

A pesar de la regular votación de su candidato en Lorica, Ignacio Villa Martínez, 2247 votos, la diferencia con la ganadora, Nancy Sofía Jattin Martínez 31071 votos, es abismal. Las participaciones más relevantes de candidatos del Centro Democrático se presentaron en Montería con Carlos Ordosgoitia, quien cosechó 44482 votos, donde el ganador Marcos Daniel Pineda García, llevó a las urnas 83167 sufragios y Candelaria del Carmen Hoyos Olaya en el municipio de Buenavista  con una votación de 4494 votos, donde el alcalde electo Miguel Emiro Guzmán, alcanzó 7162 votos.

Así las cosas, cuando el Presidente Juan Manuel Santos venga a reunirse con alcaldes de Córdoba para hablar de paz, no le harán mala cara, porque ninguno pertenece al Centro Democrático, al tiempo que el gobernador Edwin Besaile, electo bajo la premisa de la paz política, no le tocará lidiar con mandatarios enemigos de la paz.

En los próximos años se vislumbra en Córdoba una especie de retiro espiritual en el partido de Uribe Vélez, y las intervenciones de sus dirigentes se limitaran a los medios de comunicación, porque aún en este departamento no han ganado espacios respaldados por el voto popular.