Javier De La Hoz 

Twitter: @javierdelahoz20

Las naciones unidas a través de su programa para el medio ambiente hace un llamado de atención alarmante como consecuencia de la pandemia que hoy día atraviesa la humanidad, la generación  de residuos y desechos peligrosos generados por el desarrollo de las estrategias trazadas para el manejo de la misma, tales como guantes, tapabocas, mascarillas y otros materiales de protección, se ha tornado como un punto de trascendental importancia.

 

Todas estas barreras físicas de protección y bioseguridad, en circunstancias normales ya revisten un manejo critico, dificultando la garantía de un medio ambiente sano, ahora, con el escenario que originó el COVID-19  el manejo de residuos adquiere una mayor relevancia, y pone sobre la mesa el reincidente cuestionamiento de “¿Estamos o no preparados para cubrir todos los escenarios en que la pandemia nos ubica obligatoria e inmediatamente?”… Un manejo inadecuado de estos residuos claramente pone en altísimo riesgo la salud pública de todas las ciudades. 

 

La ONU establece que para un manejo eficaz de los residuos biomédicos y sanitarios se deben tener en cuenta factores como la generación y minimización, la separación, clasificación, identificación,almacenaje, empaque, etiquetado,  transporte dentro y fuera de los establecimientos sanitarios, tratamientos, eliminación de residuos, salubridad y seguridad ocupacional, concientización y educación de los interesados entre otras.

 

¿Cuentan nuestros municipios con un plan operativo sobre esto?. Sin olvidar la continua investigación sobre el mejoramiento de tecnologías a favor del medio ambiente, una herramienta eficaz y poco valorada, el conocimiento de los expertos es vital.

 

Destaca la ONU que la gestión de residuos es un servicio público esencial para superar el problema generado por el COVID-19. La adecuada gestión de éstos, minimiza los posibles impactos secundarios sobre la salud y el medio ambiente, La disposición correcta es vital al momento de enfrentar la pandemia, es importante que la ciudadanía tenga conocimiento sobre conceptos básicos y reglas al momento de clasificar estos insumos, no se deben mezclar los residuos domésticos con los tapabocas que se usan, por ejemplo. Lo ideal es que estos residuos posiblemente afectados sean recogidos por un operador especializado o sean clasificados para facilitar la nueva tarea que le estamos imponiendo a los operadores ya existentes.

 

Debemos sobrellevar el cambio que nos impone la pandemia de principio a fin, abordarlo de la mejor forma es asegurar la protección de nuestro personal de defensa en primera línea, profesionales de la salud, profesionales que deben continuar sus labores, empleados públicos y privados que siguen en sus puestos de trabajo y demás, pero también, debemos asegurar la disposición final de los insumos que adquirimos, de otra forma, al salir de esta contingencia, nos encontraremos inmersos en otra difícil situación de salud pública.

 

En nuestro país el ministerio de medio ambiente autorizó a través del decreto 465 del 2020, la modificación de las licencias ambientales para que las entidades que venían gestionando otro tipo de residuos peligrosos y que cumplan con las condiciones de manejo, adopten el manejo y disposición final de los residuos hospitalarios.

 

En Colombia existe el llamado registro de generadores de residuos o desechos peligrosos – RESPEL, el cual es la herramienta establecida por el gobierno nacional con la finalidad de llevar un registro y acopio de datos sobre la generación y manejo de este tipo de desechos en los distintos sectores productivos del país, en este sistema deberían estar reflejados datos actualizados tales como, cantidad anual de residuos y desechos peligrosos generados por actividad productiva y cantidad anual y tipo de residuos o desechos peligrosos almacenados, aprovechados y dispuestos por el generador, es obligación de las autoridades ambientales garantizar el acceso a esta información a través de un sitio web. 

 

La entidad encargada de consolidar esta información a nivel nacional es el IDEAM, pero esta recopilación se hace con base a los datos  que envían las autoridades ambientales del orden regional, según las cifras del IDEAM encontramos que el estado de transmisión de información  en el periodo comprendido entre el año 2017 a mayo del 2019 va desde el 100% que entregó la CORPORACIÓN PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE DEL ARCHIPIÉLAGO DE SAN ANDRES, PROVIDENCIA Y SANTA CATALINA (CORALINA), el 2% que reportó la CORPORACION AUTÓNOMA DE LOS VALLES DEL SINU Y SAN JORGE (CVS), hasta el 0% que reportó CORPOAMAZONIA, estas cifras deberían llamarnos poderosamente la atencion y muchísimo más en la crisis de salud  actual donde el manejo de estos residuos peligrosos es trascendental.

 

¿Si están las autoridades ambientales haciendo la tarea o siguen ocupadas en la construcción de obras civiles  en lo que parece ser su objetivo principal desde hace muchos años?.