En mi experiencia como congresista, además de impulsar leyes y promover debates, he podido recorrer el país conociendo de primera mano, no sólo las necesidades de nuestras comunidades, también sus fortalezas. En cada región a nivel cultural existen grandes diferencias, sin embargo, en la mayoría de los casos los problemas son los mismos.
Pero es grato darse cuenta, cuando hablas con amigos de todas las regiones que en la gente hay valores y cualidades que te obligan a pensar que están vivas las esperanzas, que por personas como ellos vale la pena seguir trabajando, debemos ser constructores de posibilidades que los lleven a tener una vida cada vez mejor.
La calidez del campesino cuando lo visitamos y empezamos hablar de posibilidades, me hace estar segura de que mi trabajo no es en vano. Mi lucha es por un campo más amable, que permita que hombres y mujeres sean productivos y de paso aporten al crecimiento de la familia, que en el futuro no hayan impedimentos para que aquel niño con muchas ilusiones pueda llegar a la escuela sin que las condiciones climáticas o de vías se lo impidan, que una mujer embarazada o un adulto mayor cuando requiera de un servicio médico, no sólo pueda acceder a él en su vereda o corregimiento, además que el servicio sea de calidad y las 24 horas.
Me acuesto y despierto pensando en que la Mujer Rural de este país se asocie y tenga la oportunidad de crecer, creyendo en el campo, siendo el Estado quien le proporcione esas condiciones con recursos para emprender a través de proyectos productivos.
En estos momentos convulsionados, en los que por un lado se habla de paz, por otro enfrentamos problemas de orden público y el descubrimiento de actos de corrupción que nos avergüenzan y entristecen, son ustedes mis queridos amigos los llamados a transformar este país, pues es el voto a conciencia y libre la herramienta que nos permite continuar trabajando honestamente para poder tener el país que merecemos.
Quiero regresar, visitar nuevamente a aquellos amigos y amigas con los que compartí y ver en sus rostros la alegría que denote vientos de cambio, que aunque falten cosas por hacer, no exista miedo porque hay tranquilidad, la misma que sentimos cuando nos damos cuenta que todo mejora y que existen personas que como yo, quieren servir. Los invito a que me den su voto de confianza, no los defraudaré, seguiré trabajando por una Colombia ideal, de Frente con la Gente.
En mi experiencia como congresista, además de impulsar leyes y promover debates, he podido recorrer el país conociendo de primera mano, no sólo las necesidades de nuestras comunidades, también sus fortalezas. En cada región a nivel cultural existen grandes diferencias, sin embargo, en la mayoría de los casos los problemas son los mismos.
Pero es grato darse cuenta, cuando hablas con amigos de todas las regiones que en la gente hay valores y cualidades que te obligan a pensar que están vivas las esperanzas, que por personas como ellos vale la pena seguir trabajando, debemos ser constructores de posibilidades que los lleven a tener una vida cada vez mejor.
La calidez del campesino cuando lo visitamos y empezamos hablar de posibilidades, me hace estar segura de que mi trabajo no es en vano. Mi lucha es por un campo más amable, que permita que hombres y mujeres sean productivos y de paso aporten al crecimiento de la familia, que en el futuro no hayan impedimentos para que aquel niño con muchas ilusiones pueda llegar a la escuela sin que las condiciones climáticas o de vías se lo impidan, que una mujer embarazada o un adulto mayor cuando requiera de un servicio médico, no sólo pueda acceder a él en su vereda o corregimiento, además que el servicio sea de calidad y las 24 horas.
Me acuesto y despierto pensando en que la Mujer Rural de este país se asocie y tenga la oportunidad de crecer, creyendo en el campo, siendo el Estado quien le proporcione esas condiciones con recursos para emprender a través de proyectos productivos.
En estos momentos convulsionados, en los que por un lado se habla de paz, por otro enfrentamos problemas de orden público y el descubrimiento de actos de corrupción que nos avergüenzan y entristecen, son ustedes mis queridos amigos los llamados a transformar este país, pues es el voto a conciencia y libre la herramienta que nos permite continuar trabajando honestamente para poder tener el país que merecemos.
Quiero regresar, visitar nuevamente a aquellos amigos y amigas con los que compartí y ver en sus rostros la alegría que denote vientos de cambio, que aunque falten cosas por hacer, no exista miedo porque hay tranquilidad, la misma que sentimos cuando nos damos cuenta que todo mejora y que existen personas que como yo, quieren servir. Los invito a que me den su voto de confianza, no los defraudaré, seguiré trabajando por una Colombia ideal, de Frente con la Gente.