Por Jorge Enrique Díaz Varela
“Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”, esta frase se atribuye en primera instancia a Napoleón Bonaparte, pero también se dice que quien inició con esta evaluación del pasado, presente y futuro fue el filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana cuando dijo: “Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo” y curiosamente encontramos también esta frase en polaco y en ingles escrita en las afueras de uno de los campos de concentración nazi de Auschwitz-Polonia: “Kto nie pamięta historii, skazany jest na jej ponowne przeżycie” y “The one who does not remember history is bound to live through it again”.
Los colombianos en general ya sea por pereza o por costumbre desconocemos nuestra historia, y la repetimos cada cuando, y así ha sido desde 1810 cuando los criollos declararon la independencia del Virrey español pero juraban obedecer al soberano español, luego vino una andanada de muertes, y para 1819 de nuevo los que nos liberaron se enfrascaron entre aceptar la nueva realidad o seguir sometidos, y aceptamos un nuevo amo esta vez los Estados Unidos, a renglón seguido la injusticia social llevo a un periodo de violencia que llego a su culmen en 1948, repetimos de nuevo la historia, se vino el Frente Nacional, su fin y la apertura a un proceso democrático (al menos en papel), pero la injusticia social se mantuvo, todos los cambios solo protegían a las mismas familias y grupos económicos, pero nunca al pueblo.
En 1977 la gente no aguantó y entre el 14 y 15 de septiembre, dio lugar el denominado Paro Cívico Nacional que buscaba en esa época entre otras las siguientes reivindicaciones:
- Aumento salarial por encima del 50%
- Congelación de tarifas de artículos de primera necesidad y de tarifas de servicios públicos.
- Suspensión del Estado de Sitio y respeto de las libertades
- Derogación del Estatuto Docente, financiación y desmilitarización de las universidades.
- Abolición de la reforma administrativa.
- Entrega de tierras a los campesinos por el INCORA.
- Jornada de trabajo de 8 horas y salario básico para transportadores.
- Suspensión de decretos de reorganización del ICSS
Este paro fue liderado por un Comando Central, su eje se desarrolló en los barrios populares de las grandes ciudades, principalmente Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, con movilizaciones campesinas en Cundinamarca y Cauca, así como concentraciones obreras y piquetes de huelga en las zonas industriales en Puente Aranda y de servicios en el centro de la capital.
En los fuertes enfrentamientos entre las personas que protestaban y las fuerzas armadas dejo un numero de 33 muertos y cerca de 3.000 heridos. Se declaró el toque de queda, como vemos en este pequeño recuento este paro cívico no se diferencia mucho del actual movimiento de protesta
En 1977 la represión y el accionar de las armas oficiales en contra de la ciudadanía es igual al actuar del ESMAD hoy en 2021, en esa época se buscaba mantener una resistencia para lograr lo que se pedía para solucionar los problemas sociales, que ayer (1977) como hoy (2021) el gobierno busca reprimir por la fuerza.
Hoy las peticiones del Comité de Paro, estudiantes, campesinos e indígenas no son muy diferentes a las que se hacían en dicha época; la diferencia radica en la presencia del COVID 19 hoy día y las redes sociales. Esto último ha hecho que sea posible la denuncia in sito de los abusos de las autoridades y la agresión de civiles (denominados “personas de bien”) a los manifestantes que han dejado a hoy 42 muertos, 800 heridos y según ONG de Derechos Humanos cerca de 900 desaparecidos.
Pero que se pide hoy, veamos:
- Suspensión y retiro de la Reforma tributaria
- Suspensión y retiro de la Reforma de la Salud y Pensiones
- Descontento social
- Situación anómala del manejo de la pandemia
- Situación económica precaria de los estratos 1,2, 3 y 4
Como vemos no es muy diferente a lo pedido en 1977, el desacuerdo radica en los mismos principios, la desigualdad social, los problemas económicos y el abuso de las autoridades.
“Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla” para nosotros es cierta esta sentencia, como en 1977 hoy el gobierno pretende solucionar con pañitos de agua tibia la problemática que se presenta, un ejemplo de ello es el ofrecimiento hecho por el presidente Duque, de la gratuidad del segundo semestre de 2021 para estudiantes universitarios, técnicos y tecnólogos, como lo dice un líder estudiantil “pretenden comprar a los jóvenes con tres pesos”, y es que es cierto porque estos semestres gratuitos es para estratos 1,2 y 3 en universidades públicas (que cuentan con un subsidio del 90%) y el SENA que siempre ha sido gratuito, en otras palabras simplemente en un engaño al memorial de agravios en este 2021.
Lo mismo que ocurrió en 1977 y en la insurrección de los comuneros, cuando José Antonio Galán fue engañado por Antonio Caballero y Góngora para posteriormente ser asesinado, repetimos y repetimos la historia, tenemos el alma de la resistencia, pero la realidad es que siempre nos engañan con tres pesos, y al final terminamos en las mismas o de nuevo convocando paros, para que más jóvenes mueran, para que los partidos políticos tengan su caballito de batalla para que más políticos se mantengan en los cargos más altos del Estado viviendo en medio de la opulencia mientras el ciudadano de a pie debe hacer peripecias para sobrevivir.
Es hora de recordar nuestra historia, y dejar de lado la histeria, empezar a exigir los cambios que necesitamos y que se cumpla con los compromisos.