El expresidente Belisario Betancur estaba preparado, con un texto que iba a leer, para hacerse presente en la ceremonia de perdón y reconocimiento de la responsabilidad del Estado en los fatídicos hechos del 6 y 7 de noviembre; finalmente él era, como cabeza de gobierno, la personificación del Estado. Todo estaba acordado con el presidente Santos pero a las siete de la noche del día anterior, jueves 5 de noviembre, representantes de las víctimas manifestaron su inconformidad aduciendo que su presencia no hacía parte del libreto ordenado por la Corte Interamericana en cuanto a que el perdón debía estar solo en cabeza del presidente en ejercicio. Pidieron que Betancur enviara el texto que seria leído públicamente, pero el expresidente no aceptó la propuesta.