Todos los seres humanos somos imperfectos y cometemos errores, por lo cual, tarde o temprano, necesitaremos que alguien nos perdone. Perdonar no es hacer borrón y cuenta nueva, sino aprender a quitarle la carga afectiva a los hechos. Es un proceso largo, que requerimos para para eliminar del alma la dosis de amargura, odio y rencor que llevamos por dentro. Se dice que todos deberíamos pasar la página y practicar el perdón, pero ¿Porque es tan difícil hacerlo? se necesita compromiso, decisión y voluntad, así como mucha fuerza y paciencia para enfrentar la soberbia y el dolor.
Walter Riso, en su libro Los Caminos del Perdón, enfatiza: Acercarse al perdón es una experiencia que trasciende; es un proceso por el cual la persona se transforma y aliviana la carga negativa del rencor. Simplemente te sueltas y tiras todo el odio por la borda hasta que el último vestigio de venganza desaparezca. Perdonar es recordar sin odio, es extinguir el rencor, eliminar los deseos de venganza, y hacerle el duelo al resentimiento, enfrentándonos a nuestros enemigos sin odiarlos y movidos básicamente por la convicción.
Aunque la mayoría de las personas asocian el perdón únicamente con el amor hacia el otro, perdonar es un acto de amor hacia uno mismo, que nos permite limpiar los sentimientos negativos y adquirir la tranquilidad del alma que tanto predicaban los antiguos griegos: la paz interior, para que luego se refleje en la forma en que nos comportamos. Libérate de la rabia, del odio y la amargura y siéntete en paz porque no guardas sentimientos que dañan tu corazón. Perdonar no es fácil, es un camino que se cruza lentamente y de manera gradual, por ello no lo hagas por el bien de otros, hazlo porque es lo mejor para ti, y así evitas cargar emociones toxicas que destrocen tu tranquilidad.
Decidirse a perdonar nos brinda la oportunidad de ser feliz, porque el rencor hace que vivamos con amargura, mientras que el perdón nos libera de la carga pesada del odio. La persona que auténticamente se libera es aquella que saca de su alma la culpa, el rencor y la venganza que lo envilece, lo consume en su interior y lo mantiene atado al pasado.
En resumen, para comenzar a disfrutar de un nuevo ciclo de bendiciones debes perdonar; para disfrutar de paz interior y el gozo del espíritu debes perdonar; para ser sanado del enojo, la amargura y la ansiedad, debes perdonar. Al perdonar, nace un sentimiento nuevo y la mirada se clarifica, desaparecen los prejuicios, y se puede ver a los demás como realmente son, descubrir y valorar sus cualidades, que hasta entonces estaban ocultas.
PARA DESTACAR:
“El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar”. Martin Luther King.