La paciente cuenta que su situación de salud se empezó a complicar, y por ello, con la ayuda de la familia logró iniciar tratamiento con un médico particular y afortunadamente su salud mejoró.

La indolencia de las EPS con sus pacientes en medio del COVID-19 no tiene límites. Doris Isabel, comenzó a sentir los síntomas desde el pasado 8 de julio, y sostiene que desde ese día solicitó cita médica y que le practicaran la prueba para COVID-19. “No fueron molestias normales o leves, se trataba de fuertes dolores, fiebre alta y otro tipo de complicaciones”, asegura.

Después de batallar telefónicamente con su EPS Salud Total, el 16 de julio le practicaron la prueba, cuyo resultado al momento de escribir esta nota (31 de julio) aun no conoce. Pero lo más desesperante de esta historia es que al preguntar en la EPS por los resultados de la prueba la han remitido a dos laboratorios diferentes, y en ninguno de los dos le dan razón del resultado.

Sin atención médica y sin medicamentos.

La paciente cuenta que su situación de salud se empezó a complicar, y por ello, con la ayuda de la familia logró iniciar tratamiento con un médico particular y afortunadamente su salud mejoró. “Fueron medicamentos costos, pero con la ayuda de Dios y de mi familia, hoy estoy recuperada, sin conocer aun los resultados de la prueba”.

La pregunta es, ¿y si no hubiera tenido los recursos para un tratamiento particular? No es la primera vez que se conocen este tipo de historias donde se ve involucrada la EPS Salud Total.

Como no tuvo atención médica de la EPS, nunca le dieron incapacidad laboral.