Por. Oswaldo Marchena Mendoza
Mientras tanto la salud del niño se deteriora, como si fuera un castigo en este país ser hijo de padres humildes y desplazados, en un gobierno que tiene como su apuesta más importante la atención a las víctimas
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Aparentemente todo era normal en la vida del niño Luís Ángel Salgado, de 12 años de edad, pero en marzo del año pasado comenzaron las molestias en los ojos, y después de consultas con el especialista el resultado fue devastador para él y su familia, “Tumor benigno de la Nasofaringe y un tumor maligno en la glándula y conducto lagrimales”, diagnosticado por el otorrinolaringólogo Gaspar Barrios Castilla en el hospital San Jerónimo de Montería.
De acuerdo a la historia clínica, el especialista solicitó una valoración por anestesiología y buscar programación quirúrgica con autorización. Es oportuno recordar que el niño estaba afiliado al régimen subsidiado de Caprecom EPS.
Los procedimientos quirúrgicos que necesita el niño Luís Ángel, los describió el especialista, “Nasosinuscopia, Dacriocistorrinostomia, Descompensión de Orbita Excepto Vía Techo Orbita, y una Resección Tumor Orbita”.
Estamos hablando de una historia clínica del 2 de septiembre de 2015, fecha en que la mamá del niño se acercó a las oficinas de Caprecom en Montería para solicitar las respectivas autorizaciones, y recibió como respuesta que volviera en 8 días hábiles para entregárselas. Patética sorpresa se llevó la señora cuando regresó y le dijeron que ya Caprecom no tenía contrato vigente con ningún especialista, porque estaba en proceso de liquidación y por lo tanto tenía que esperar a que lo trasladaran a otra EPS.
Desde ese día, la mamá de Luís Ángel anda tocando puertas en diferentes EPS, mendigando atención especializada para su hijo, implorando para que le hagan valer un derecho que el Estado está en la obligación de garantizarle, primero por estar enfermo y segundo por ser un niño. La respuesta es un libreto que todos los humildes de este país conocen, “Su tratamiento no está autorizado”.
Actualmente Luís Ángel está en la casa, su estado de salud es lamentable debido a que no está recibiendo ninguna atención médica especializada, y por recomendación del especialista no se debe dejar que la masa aumente el tamaño, ya que podría afectar la visión del ojo definitivamente.
El niño fue trasladado a La Nueva EPS, y esto que parecía una luz en su oscuro túnel, se convirtió en otro nubarrón más en toda esta tormenta indolente que no le permite recibir el tratamiento especializado que necesita, porque de esta EPS fue remitido a la IPS Promisalud, donde le informaron a su señora madre que ellos no tienen especialistas, que están realizando empalmes y que no tienen cartera para antiguos afiliados de Caprecom.
El caso es muy preocupante, estamos hablando de un tumor maligno que se le descubrió en septiembre del año pasado, con un tratamiento diagnosticado a seguir, y ni con tutela su mamá Nohemí Ortiz Romero ha logrado que le brinden esa atención especializada, mientras tanto la salud del niño se deteriora, como si fuera un castigo en este país ser hijo de padres humildes y desplazados, en un país cuya gobierno tiene como su apuesta más importante, la atención a las víctimas.