• Aleyda García ve en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) la mejor oportunidad para alcanzar todos los anhelos para cerrar las brechas entre el campo y la ciudad

Aleyda García es una mujer sonriente de estirpe campesina, de ojos negros y brillantes al igual que su cabello corto. De tez trigueña, ama la música y expresa que no puede iniciar el día sin encender su equipo de sonido, por lo que se considera una persona alegre y feliz. Ella, como muchas mujeres que participan en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), juega un papel importante y dinamizador dentro de sus comunidades.

Desde su trabajo en el Grupo Motor Grupo Motor del Sur de Córdoba, específicamente en el Pilar 8, de Reconciliación, Convivencia y Construcción de Paz, busca que se garanticen sus derechos a la participación plena y a la toma de decisiones en aquellos asuntos que son de interés y relevantes para su vida y el territorio. Desde ese rol tiene la oportunidad de estar informada y llevar el mensaje a las demás personas, para que conozcan sobre el avance de la implementación de los PDET.

Aleyda, es oriunda del municipio de Tierralta, del corregimiento de Palmira, vereda San Rafael, desde donde hace varios años fue desplazada por la violencia. Con la estabilización del territorio pudo retornar a su parcela y vive con su esposo e hijos. Se dedica a cultivar cacao, hortalizas y cría de especies menores.

Expresa que la obra que más ha impactado a su comunidad es la construcción de la vía Tierralta – Palmira en el mismo municipio, pues permite una mejor movilidad y la conexión de lugares estratégicos del municipio ya que favorece a la reactivación económica, beneficiando positivamente a las familias de los alrededores.

La Señora Aleyda a sus 49 años, además de ser delegada de Grupo Motor, lleva 20 años haciendo parte de la Junta de Acción Comunal de San Rafael, cinco años como agente comunaria de Palmira y además hace parte una Red de Mujeres. Desde estos escenarios sigue luchando por el bienestar de las comunidades, para que se den transformaciones reales, por el derecho a vivir en paz y en condiciones dignas.  Aleyda ve en los PDET la mejor oportunidad para alcanzar todos los anhelos que permitan cerrar las brechas entre el campo y la ciudad. Es con Hechos que las mujeres rurales están transformando los territorios más afectados por la violencia y la pobreza.