*Marta Saenz Correa
Leyendo un poco de todo me encontré con el libro Dios y la riqueza, del autor Alexander Ortiz Ocana, Ph.D En Educación. Me gusto especialmente un capitulo denominado Mi Actuación Afectiva, del cual les compartiré sus aspectos más relevantes.
Define Ortiz la actuación afectiva como el camino seguro en el que se sustenta la voluntad emocional para cumplir con tu propósito humano; no es otra cosa que la capacidad de actuar en correspondencia con nuestros sentimientos y emociones y con el don de transformar la realidad en que vivimos y modificar nuestras propias estructuras afectivas y cognitivas mediante relaciones interpersonales fructíferas.Este es uno de los pasos para atraer prosperidad y riqueza a tu vida.
Sostiene el autor, que tu corazón refleja lo que realmente eres, no lo que otras personas piensan sobre ti, o lo que evidencias con algunos de tus comportamientos. El servicio debe convertirse en un estilo de vida para atraer riqueza y prosperidad. Cuanto más tiempo te demores en actuar y servir haciendo lo que te gusta e imprimiéndole afectividad a lo que haces, menores son las probabilidades de que logres lo que necesitas y lo que has declarado en tu propósito humano.
Dedícate a hacer algo útil para los demás y recibirás tanto como entregues a ellos. Incluso has algo aunque no esté relacionado con los talentos y dones que Dios te dio, y si no resulta no pienses que has fracasado, solo piensa que es un entrenamiento y así poco a poco irás descubriendo para que eres bueno. Para triunfar en la vida y tener abundancia y prosperidad debemos servir. Servir es hacer que los demás se sientan más fuertes como resultado de tu humildad y no más débiles. Para servir debes ser leal y humilde.
Con una adecuada voluntad emocional podemos elegir amar, que significa identificar y satisfacer las necesidades de las demás personas, no los caprichos. Nosotros podemos dejar una huella en la vida de los que nos rodean, para lo cual debemos estar dispuestos a abandonar nuestros propios intereses y propiciar el éxito de los demás. No importa la labor que hagas, mientras sea para servir a alguien será una labor valiosa y trascendental.
Para finalizar, el autor nos recuerda que para ser próspero debes ser capaz de servir y ser útil a alguien. Nadie puede exigir lo que no da, y nadie puede dar lo que no tiene. No olvides que tu misión en esta vida no es simplemente tener riqueza y prosperidad personal, sino que debes convertirte en una persona útil y muy valiosa para todos los que te rodean. La verdadera riqueza reside en la humildad.
Nota adicional
Tu actuaciones deben sustentarse en la música de tu alma y en la poesía de tu mente; debe ser el resultado del canto de tus emociones y de la melodía de tu corazón.