15 años después y con más de 70 años, Ana Páez, madre de un joven asesinado como falso positivo, sigue esperando la reparación que tanto han anunciado los gobiernos, denuncia que ni siquiera los sepelios de los jóvenes asesinados fueron asumidos por el Estado, ni por las Fuerzas Militares y muchas madres en el país no han podido recuperar los cuerpos de sus hijos por las deudas con los cementerios explicó.
«Ni siquiera los sepelios de nuestros hijos nos los pagaron, muchas madres de nosotras tienen a sus hijos en los cementerios y no los han podido reclamar porque no tienen con qué pagar las deudas de los cementerios, deudas de 15, 20 millones de pesos y no los entregan; ellos quedaron comprometidos que nos iban a dar un mausoleo para los muchachos, la Fiscalía y el Ejército y nunca nos lo dieron, es una burla lo que han hecho con nosotras”.
Sumado a esto, la adolorida madre manifiestó en entrevista con un medio nacional que pesé a estar trabajando en un inforne durante dos años con la Comisión de la Verdad no se conoce la verdad completa de lo que pasó con su hijo, quien fue desaparecido el 4 de marzo de 2008 en Soacha y encontrado el 28 de agosto de 2008 en Cimitarra Santander.
«Nos dicen que un reconocimiento de la Comisión de la Verdad pero es un reconocimiento que no fue una verdad plena, dos años trabajando con ellos para poder entregar ese informe, ese último informe, pero yo no veo una verdad plena, ellos dicen que sí participaron en la muerte de nuestros hijos y cómo se los llevaron, hicieron fue una aclaración de los hechos; qué pasa ahora, estamos pidiendo que como ellos dicen que fueron los altos mandos los que dieron la orden, queremos saber cuáles fueron esos altos mandos en ese entonces, quién mandaba en el país, cuáles son los altos mandos que dieron la orden”. Puntualizó Ana Páez
El perdón lo considera la señora Ana un acto «valiente y sincero» que ella no ha podido dar. Han sido años de audiencias y de ver a los responsables frente a frente, sin embargo, aunque tras su caso han sido capturados seis miembros del Ejército y luego puestos en libertad tras colaborar con la JEP, ella aún reclama la conocida frase de «¿Quién dio la orden?».