Hay muchos exámenes médicos que uno puede realizarse y de hecho hay todo un negocio asociado a estas pruebas de diagnóstico. Pero ¿cuáles son realmente útiles y cuáles son las desventajas que tienen? El médico y periodista Michael Mosley, presentador del programa televisivo de la BBC “Trust me, I’m a doctor” (“Confía en mí, soy doctor”), se sometió a varias para encontrar la respuesta.
Comencé con la enfermedad cardíaca, ya que es la principal causa de muerte prematura en el Reino Unido.
Los exámenes básicos son gratuitos dentro del Sistema Nacional de Salud británico (NHS) y son relativamente sencillos.
Primero, tuve que hacer un análisis de sangre para medir cosas como el colesterol. Y luego visité a mi médica, Sally Jenkins, quien midió mi altura, mipeso y presión sanguínea.
Utilizando una calculadora online llamadaQRISK, que mide el riesgo de enfermedades cardiovasculares, ingresó esa información y la respuesta que obtuvo es que tengo un 10% de posibilidades de tener un ataque al corazón o derrame cerebral en los próximos diez años.
Basada en esta información, Sallyrecomendó que tome una estatina, un tipo de fármaco que disminuye el colesterol.
Yo tengo mis reparos con las estatinas. Por un lado pueden reducir tu riesgo de morir si tienes una enfermedad cardíaca, pero si eres saludable las ventajas no son tan claras.
También tienen efectos secundarios, como un mayor riesgo de contraer diabetes tipo 2.
Una segunda opinión
Como no estaba seguro de qué hacer me hice otra prueba: una tomografía computarizada del corazón. En una clínica privada británica cuestan entre 600 y 1000 libras (US$940-1560) e involucran una dosis baja de radiación.
Para este examen hay que recostarse dentro de una máquina, te inyectan un líquido de contraste y luego se toman una serie de rayos X.
La máquina muestra tus arterias coronarias en gran detalle y el médico puede ver si hay alguna obstrucción parcial.
Originalmente se desarrolló como una técnica de diagnóstico para personas con síntomas de enfermedad del corazón, pero ahora se usa en la población en general, aunque principalmente de forma privada.
Tras pasar por la máquina el cardiólogo Duncan Dymond miró los resultados y me dijo que había una sombra inquietante en una de las principales arterias coronarias.
“El motivo por el cual se ve oscuro es que hay depósitos de una placa rica en colesterol sobre la pared de la arteria”, me explicó.
“¿Eso es malo?”, le pregunté ansioso.
“Si”, me respondió. “No quiero sonar muy dramático, pero esos son los peligrosos, por su tendencia impredecible a causar ataques al corazón en personas que no tienen síntomas y llevan una vida normal. Sales a trabajar una mañana y no vuelves a casa”.
No pudo decirme qué chances tenía de que me pasara, pero sí me aconsejó que tome una estatina.
Yo había entrado al examen de buen humor y alegre y salí pensando que podía morir.
Y ese es uno de los problemas de estos exámenes privados: no te dicen mássobre tu riesgo de tener un ataque al corazón de lo que te dice un simple análisis de sangre, pero te dejan mucho más preocupado.
Cáncer
La segunda enfermedad con mayor riesgo de muerte es el cáncer, pero las pruebas de detección son controvertidas y muchos expertos advierten que pueden hacer más mal que bien.
Las mujeres británicas de entre 50 y 70 años pueden realizarse una prueba para detectar cáncer de mama de forma gratuita.
Un informe independiente que analizó la efectividad de estas mamografías concluyó que salvan 1.400 vidas al año.
Sin embargo, instituciones de prestigio como el Centro Nórdico Cochrane en Copenhague, Dinamarca, afirman lo contrario: que tienen muy poca o ninguna incidencia y que lo que redujo la mortalidad del cáncer de mama son mejores tratamientos.
La doctora Iona Heath, expresidente del Instituto Real de Médicos Generales del Reino Unido, está en contra de estas pruebas.
“Mi decisión personal es esperar a que tenga un bulto en el pecho y luego buscar el mejor tratamiento posible”, me dijo.
Por su parte la doctora Robin Wilson, presidente del comité que asesora el programa de mamografías, reconoce que tienen sus riesgos.
“Las mujeres deben informarse sobre los riesgos y medirlos contra los beneficios para tomar una decisión, y nosotros los médicos tenemos que decidir mejor cuáles son los cáncer que tenemos que tratar y cuáles no”, afirmó.
Por el lado de los hombres, hay aún más controversia en torno a los exámenes para detectar cáncer de próstata, una enfermedad que mata a 10.000 hombres cada año en el Reino Unido.
Esto se debe a que la prueba del antígeno prostático específico (PSA) es famosamente imprecisa.
Al igual que con el cáncer de mama, el problema es que uno no sabe cuál de los tumores que se detecta puede crecer de forma agresiva y cuál no.
Y por ello si se detecta un tumor es difícil decidir entre una respuesta radical (cirugía o radioterapia, que puede generar incontinencia e impotencia) u observar el desarrollo del tumor sin hacer nada.
Un estudio realizado en un hospital en Cambridge con pacientes que tenían distintos tipos de cáncer de próstata determinó que no había una diferencia en los niveles de supervivencia entre quienes se sometieron a cirugía y quienes no trataron el cáncer.
La excepción
La única prueba que todos los expertos coinciden que vale la pena es la que se realiza para detectar el cáncer de intestino.
No es un examen demasiado glamoroso pero podría salvar tu vida.