Los habitantes del corregimiento de Sabana Nueva, jurisdicción del municipio de San Pelayo en el departamento de Córdoba llevan años esperando que les llegue agua potable a sus viviendas. Pues en cada época electoral los políticos llegan a prometer el acueducto rural, tal como es el caso del hoy alcalde William Cavadía o del ex alcalde Harvin Espitia, ambos prometieron dicho proyecto y hoy lo que sigue existiendo organizado por la misma comunidad son acueductos artesanales.
La promesa más reciente fue que se iban a tirar redes de acueducto desde poblaciones que poseen este servicio, para llegar a Sabana Nueva. Pero ni lo uno ni lo otro, es decir ni acueducto proveniente de otros corregimientos y mucho menos acueducto propio.
Mientras las promesas siguen incumplidas, esta población rural que se da el lujo de poner alcalde con sus 2.100 sufragantes o personas aptas para votar, aún debe tomar el preciado líquido en su gran mayoría directamente sin tratar desde posos artesanales o
almacenando agua directamente del rio en sus hogares y cancelar una pequeña cuota por el servicio del acueducto artesanal comunitario.
Y es que en un municipio como San Pelayo, cuna del Festival del Porro y población reconocida en el concierto nacional por sus artes y porque en sus poblaciones realizan eventos culturales como es el caso de Sabana Nueva cuna de decimeros, que en pleno siglo XXI sus habitantes no cuenten con un servicio tan esencial es inaceptable hablar de desarrollo.