Mientras estas fundaciones se quedan con los sueldos de las madres comunitarias, desde las entrañas del ICBF, observan impávidos sin inmutarse.
Por. Oswaldo Marchena Mendoza.
En twitter @marchenojob
Las fundaciones corruptas que han operado de forma irregular programas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en Córdoba, tienen una particularidad; una vez cometen el delito, ya sea dejando de cumplir sus obligaciones o entregando alimentos de mala calidad, entonces mutan hacia otras formas de asociación, para bajo otro nombre o figura seguir haciendo de las suyas.
Eso es normal que lo hagan quienes están detrás de estas organizaciones criminales, pero algo que no es muy común, es que a pesar de ser evidente la forma como estas personas migran hacia otra figura empresarial, desde las entrañas de la entidad (ICBF), solo observen impávidos sin inmutarse y no se haga nada para detener a quienes mueven los hilos de las mismas.
En Lorica Córdoba encontramos a tres fundaciones que tumbaron a las madres comunitarias, y a pesar que fueron vetadas, sus fundadores siguen contratando con el ICBF desde otras entidades.
El dossier de la Fundación del Bajo Sinú, Funbasi.
Es usual encontrar en Lorica a un grupo significativo de madres comunitarias, protestar cada cierto tiempo frente a las instalaciones, donde funcionaba la Fundación del Bajó Sinú, Funbasi. Hablé con alguna de ellas y me contaron que cerca de 300 servidoras que atienden a unos 3900 niños y niñas en hogares de Bienestar en Lorica, les adeudan una suma aproximada a los $480 millones por concepto de sueldos, liquidación, cesantías, salud y pensión. Estos dos últimos conceptos, a pesar que se los descontaban, la fundación nunca realizó los giros correspondientes. Funbasi obtuvo jugosos contratos con el ICBF en los años 2014 y 2015.
Para la época de los contratos, actuaba como representante legal de la citada fundación, Kety Pimienta, quien hoy afronta una serie de demandas y denuncias ante la justicia; sin embargo, en toda la región del bajo Sinú, es voz populi que el cerebro de la entidad fue Álvaro Burgos del Toro, hoy detenido por el carrusel de la educación. Hasta ahora las madres afectadas no han encontrado la forma legal de obtener los dineros que les adeudan.
Fundación Servir a La Gente, que más bien debió llamarse, “Tumbar a la gente (Madres comunitarias).
La Fundación Servir a La Gente, bajo la administración de Edwin Fajardo, quien fue su representante legal, obtuvo fabulosos contratos para operar programas del ICBF durante los años 2014 y 2015. Las madres afectadas por este operador, sostienen que les adeudan alrededor de $250 millones, y no ha sido posible recuperar dichos dineros. Lo más aberrante es que el operador Universidad Metropolitana de Barranquilla, beneficiado con grandes contratos en el ICBF, contrató como su persona visible en Córdoba a Edwin Fajardo y su esposa Sindy Peinado.
Fundación Las Moras y su carrusel de deudas con las madres comunitarias.
Este operador que fue traído desde Barranquilla, recomendado por la entonces directora nacional de Primera Infancia, del ICBF, Karen Abuniden, junto a la Universidad Metropolitana, le debe a madres comunitarias de toda la geografía cordobesa.
Al operador se le venció el contrato con el ICBF el pasado 31 de octubre, y las madres comunitarias de Córdoba, están convencidas “que esa plática se perdió”.
Nadie responde en la regional Córdoba del ICBF.
Me informan las asociaciones de padres y madres, y voceras de los diferentes sindicatos, que el ICBF no blinda a las madres comunitarias; es decir cualquier operador viene y las tumba, y no hay una vía expedita, para que las mismas recuperen los sueldos a que tienen derecho, después de haber entregado sus horas de trabajo.
https://soundcloud.com/la-ventana-de-c-rdoba/madres-comunitarias-en-cordoba
Madre comunitaria de pueblo nuevo afectada por Fundación las Moras