Por. Oswaldo Marchena Mendoza.
En twitter, @marchenojob
En la segunda semana de septiembre del año pasado, me encontré con el colega Mauricio Castilla, para hablar de un tema que nos afectaba a los dos y a varios periodistas en Córdoba, “Los pocos espacios para hacer periodismo”. Entonces ya Castilla había recorrido varias emisoras y de las mismas había salido por aquello que los gremios de periodistas llaman “censura de prensa” y que para mi debería denominarse, “Dictadura ideológica de los propietarios de medios”.
Castilla siempre me ha dicho que mejor se muere de hambre, pero que jamás hará un programa de radio para convertirlo en caja de resonancia de algún interés particular, político o económico. Para quienes no conocen a Mauricio, su papá, Clodomiro Castilla, también periodista, fue asesinado en Montería.
Hasta que la emisora Radio Panzenú apagó su señal por orden del Ministerio TIC, Mauricio dirigía con éxito el espacio El Pulso del Tiempo, donde atendiendo una amable invitación suya, lo acompañé muchas veces en esa tribuna cívica e independiente.
Si yo creyera en los gremios, círculos o asociaciones de prensa, hubiese sido un tema oportuno para ventilar en esos espacios, pero resulta que aunque respeto a dichas organizaciones, no comparto su trabajo, y como sus integrantes son comunicadores estoy seguro que no se van a molestar por no coincidir con sus acciones gremiales.
De mi parte ya había ayudado a fundar varios medios alternativos en Córdoba y de todos salí por pensar diferente a sus dueños, y no creo oportuno nombrar esos medios, porque aunque en la mayoría de ellos salí por la puerta de atrás, en los mismos pude contar historias, hacer entrevistas, y visibilizar denuncias por malos manejos de recursos públicos, algo que nos gusta mucho hacer a Mauricio Castilla y a mí.
Medios digitales.
El año pasado tuve la oportunidad de conducir un noticiero de radio, donde me sentí muy bien porque todos los días dialogaba con la gente sobre sus necesidades y tratábamos de hacerle un puente con las autoridades para buscarle soluciones a sus problemas.
De esa emisora renuncié, porque hubo muchas diferencias en el manejo de la información política. Entonces, desempleado, Mauricio Castilla me invitó a que lo acompañara en su programa de radio, y hoy recuerdo que de los 25 minutos que duraba el programa, la mitad de ellos lo consumían las intervenciones de los oyentes y en el tiempo restante hacíamos las denuncias.
Arrinconados por la falta de espacios, Mauricio y yo, nos llenamos de valor y decidimos incursionar con un medio digital independiente, diferente a los ya existentes diarios digitales, y fue así como construimos un portal para contar historias no contadas, hacer periodismo de análisis y describir los hechos mirados a través de un prisma diferente.
Así nació La Ventana de Córdoba, un portal que no factura publicidad en ninguna entidad estatal, y como Mauricio y yo, somos malos vendedores de publicidad, no tenemos avisos en el mismo. Antes de hacer esta breve nota le pregunté a Mauricio cual había sido su máxima satisfacción en este año de La Ventana de Córdoba y me dijo que fue su investigación sobre el millonario contrato del falso Ecobulevar construido en la circunvalar de Montería.
Amigos cercanos que me siguen en Twitter y los temas que publico, me comentaron que les habían gustado mucho las investigaciones que he venido realizando sobre los problemas de salud que afectan a los ex trabajadores de Cerro Matoso y un blog que publique sobre “Las manos de los políticos en los nuevos operadores del ICBF en Córdoba y la mala calidad de los servicios” Es oportuno informar que en la página se pueden observar las visitas que han tenido todos los temas, porque no faltara quien diga que estoy echando carreta.
Le debo agradecer a gente que en este año ha hecho posible que www.laventanadecordoba.com se mantenga en la web, como Elkin Hernández, Maite Pacheco Olea, José Luís Mendoza, Javier Páez y sobre todo a mi familia y la de Mauricio, quienes en algunas oportunidades les ha tocado soportar en la calle, la animadversión de aquellas personas que no le gustan las investigaciones de La Ventana.
Aclaración.
Me da pena con los lectores que yo escriba sobre La Ventana, dado que es el medio que dirijo, pero Mauricio Castilla me dijo en su acostumbrada forma natural de decir las cosas, “Solo el que pare la criatura conoce del amor que se siente por la misma”. Muchas gracias a los lectores por los mensajes de apoyo, sin ustedes no hubiera sido posible cumplir este primer año.