Foto cortesía Proactiva
Foto cortesía Proactiva

 

Por: Oswaldo Marchena Mendoza y Juan Andrés Ubarnes.

Toneladas de basuras que se vierten a diario a los canales de Montería terminan en ciénegas que alimentan al río Sinú, desde donde transitan hacia el mar Caribe en el departamento de Córdoba. A raja tabla, podemos decir que desde los barrios estamos envenenando el planeta.

José Gonzales Anaya, Veedor Ambiental, sostiene que parte de la captación de esta serie de residuos viene por aguas de escorrentías, por canales que bordean el río Sinú, mientras otras se movilizan por los canales colectores de aguas lluvias. “Por ejemplo, ahora que hay abundantes lluvias, ¿Las aguas para dónde corren?, hacia los diferentes canales y de paso arrastran diferentes tipo de residuos, advierte, González Anaya.

Un recorrido por los bordes del canal del Purgatorio en Montería, permite observar que el mismo es un gran receptor de basuras que por diferentes vías termina envenenando al mar Caribe.

Según el veedor hay un tema de cultura ciudadana porque la gente deja basuras a lado de los canales y con el tiempo, dichos residuos se depositan en el fondo de los mismos.

“Eso es un problema latente que ha existido desde décadas atrás en Montería, municipio con grandes deficiencias y falta de cultura ciudadana en manejo de residuos”, señala González Anaya, tras advertir que hay una serie de normas sencillas y prácticas para atender esta problemática, pero que por un lado los ciudadanos desconocen y por el otro las administraciones territoriales no las implementan.

Considera el veedor que están surgiendo además una serie de hechos y fenómenos naturales que agravan e impactan el medio ambiente. De hecho las fuertes lluvias contribuyen a que cantidades de basuras se arrastren hacia los mencionados canales, de donde llegarán al mar caribe a seguir contribuyendo con el envenenamiento del planeta.

Es oportuno señalar que en el año 2008 se creó la Ley 1259 sobre “Comparendo Ambiental”, cuya finalidad fue la de crear e implementar dicha medida  como instrumento de cultura ciudadana, sobre el adecuado manejo de residuos sólidos y escombros, previendo la afectación del medio ambiente y la salud pública. De acuerdo a la norma, son sujetos pasivos de la Ley, todas las personas naturales y jurídicas que incurran en faltas contra el medio ambiente.

Dentro de las infracciones que fija dicha ley, se destacan: No usar los recipientes o demás elementos dispuestos para depositar la basura; disponer residuos sólidos y escombros en sitios de uso público no acordados ni autorizados por autoridad competente; y arrojar basuras y escombros a fuentes de agua y bosques.

La norma contempla sanciones hasta por (2) salarios mínimos mensuales vigentes por cada infracción, si es cometida por una persona natural. La sanción es gradual y depende de la gravedad de la falta. Asimismo veinte (20) salarios mínimos mensuales vigentes por cada infracción cometida por una persona jurídica.

Las entidades responsables son los Alcaldes, quienes podrán delegar en su Secretario de Gobierno o en quien haga sus veces. La Policía Nacional, los agentes de Tránsito, inspectores de policías y corregidores serán los encargados de imponer el Comparendo Ambiental a los infractores.

En Córdoba este Comparendo Ambiental está lejos de ser aplicado, y por ello no existe un adecuado manejo de los desechos. En Montería por ejemplo, llama la atención que cuando realizan limpiezas de canales, muchas de las basuras y escombros que extraen de los mismos, duran varios días a la orilla de los mismos, corriendo el riesgo de volver a caer al fondo de los mismos para seguir su ruta hacia el mar Caribe.

Limpieza de playas en San Bernardo del Viento.

Uno de los municipios costaneros más afectados por las basuras que llegan al mar, es San Bernardo del Viento, donde su alcalde, Elber López López, organizó asociaciones para adelantar jornadas de limpieza en sus playas.

Mientras no se imponga una cultura ciudadana ambiental, desde Montería, y otros municipios seguirán llegando toneladas de basuras para envenenar las aguas del mar Caribe.

Foto: Juan Ubarnez
Foto: Juan Ubarnez