●    Este  proyecto  contó  con  el  apoyo  del  Fondo  Adaptación,  las Corporaciones Autónomas de la Región, los gobiernos locales y las comunidades de 3 municipios: San Marcos y San Benito, en Sucre, y Ayapel en Córdoba.

●    Se  implementaron  Sistema  de  Alertas  tempranas,  restauración  de ecosistemas de humedal, sistemas productivos adaptados, diseños de vivienda y centros comunitarios con medidas de adaptación al cambio climático, entre otros.

●    Los centros comunitarios ganaron el Premio BIBO 2020 liderado por El Espectador, por su diseño adaptado a las condiciones climáticas propias de la Mojana.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el financiamiento del Adaptation Fund del Protocolo de Kioto, implementó el proyecto de “Reducción del riesgo y de la vulnerabilidad al cambio climático en la región de La Mojana”, una apuesta   que   logró  generar  acciones   que   les   permitieron  a   las comunidades de los municipios de San Benito Abad, San Marcos y Ayapel, enfrentar las inundaciones y sequías producidas por los efectos del cambio climático, a través de la implementación de medidas de adaptación en sus modos de vida.

Gracias a esta iniciativa, la Mojana, y los Municipios de San Benito Abad, Ayapel y San Marcos, cuentan ahora con una valiosa cantidad de información hidroclimatológica y un Sistema de Alertas Tempranas implementado coordinadamente con el IDEAM y CORPOMOJANA, que aporta información sin precedentes en otras regiones del país, para la planeación  y  tomar  decisiones  de  política  pública  a  nivel  nacional, regional  y  local. En  este  sentido,  se  establecieron  11  estaciones  de monitoreo climático, y se consolidaron 27 comités comunitarios para el monitoreo del Sistema de Alertas Tempranas, así como la creación del Centro de Pronósticos y Alertas que funciona en Corpomojana.

El proyecto logró también resultados significativos para las comunidades de la región de la Mojana, que implementaron medidas agroecológicas adaptables al cambio climático, que fomentan las prácticas tradicionales de producción más resilientes a los efectos del clima. Así mismo, apoyó el desarrollo de actividades productivas que permiten la diversificación de fuentes  de  alimentos  que  contribuyen  a  la  seguridad  alimentaria  y

generación de ingresos, con una participación directa de 2.000 familias. Se establecieron más de 270 hectáreas de sistemas agrosilvopastoriles, 1.900 huertas familiares adaptadas a posibles inundaciones y más de 80 hectáreas de cultivos orgánicos de maíz, fríjol, guandú, plátano y yuca.

Así mismo, junto con las comunidades, se propuso un diseño de vivienda y centro comunitario que incorporan criterios de adaptación y variabilidad climática. Como resultado se construyeron 11 centros comunitarios adaptados al cambio climático para la comunidad; se implementaron en más de 500 hogares sistemas de captación de agua lluvia para los tiempos de sequía y medidas de gestión del riesgo; se edificaron viviendas vernáculas  con  adaptaciones  a  las inundaciones  y  se  estructuraron  14 centros educativos con medidas para proporcionar agua en tiempos de sequía para más de 200 niños.

Con el apoyo técnico del Instituto Alexander Von Humboldt- IAVH, el Proyecto  construyó  para  la  región,  la  planificación  eco  regional,  que define los lugares y acciones necesarias para la restauración de ecosistemas,   a   partir  de   la   Planificación   para   la   restauración   de ecosistemas de humedal. Se implementaron acciones de restauración impactando  a  945  hectáreas,  en  los  Municipios  de Ayapel,  San  Benito Abad y San Marcos y  35 km de  canales en 5  caños priorizados en el territorio, recuperando la capacidad de regulación y amortiguación de estos ecosistemas, reduciendo la vulnerabilidad de las comunidades, la flora y fauna nativa mojanera, frente a los impactos de inundaciones y sequías. Estas acciones beneficiaron a más de 4.500 personas y permitieron la instalación de 29 viveros temporales establecidos con una producción de más de 200 mil plantas, de las cuales cerca de 137 mil, fueron sembradas.

“Aquí aprendimos de  todo,  recibimos muchas capacitaciones y al final nosotras sacamos adelante este proyecto. Con el conocimiento hicimos los viveros, las restauraciones y las huertas, ahora acompañamos a otras comunidades para hacer lo mismo”, cuenta Juana Madariaga de la comunidad de Pasifueres.

Por otra parte se realizó el fortalecimiento Comunitario e Institucional, con el  que  se  capacitaron  155  Promotores  Rurales  para  la  Adaptación territorial, incorporar consideraciones de Cambio Climático en 12 instrumentos de planificación, 38 organizaciones de base, 3 de ellas lideradas por mujeres y se instaló la Plataforma de Mujer Rural. Esta estrategia se trabajó de la mano con las alcaldías municipales, las universidades regionales y las autoridades ambientales con jurisdicción en el territorio.

“Para el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible el trabajo realizado en la Mojana es un ejemplo para todo el país. Este proceso no sólo ha permitido a la región adaptarse a los efectos del cambio climático, sino tejer procesos de asociatividad que han permitido comprender con mayor facilidad los cambios presentados en la región y establecer las medidas necesarias para adaptarse y enfrentar temporadas de sequía o inundaciones”, Comentó el Ministro de Ambiente Carlos Correa.

Gracias a la experiencia y las lecciones aprendidas con el proyecto “Reducción del riesgo y de la vulnerabilidad al cambio climático en la región  de  La  Mojana”  se  abre  la  puerta  a  una  nueva  iniciativa  que escalará todas estas acciones para aumentar la resiliencia al clima y la sostenibilidad ambiental y social de las comunidades vulnerables en la región de La Mojana. Lo anterior, a través del proyecto Mojana Clima y Vida, liderado por el Fondo de Adaptación, con recursos del Fondo Verde para el Clima (GCF) que  cobijará a los  11 municipios de la depresión Momposina, con el fin de aumentar la resiliencia y la sostenibilidad socioambiental para abordar los efectos del cambio climático, el uso sostenible de los recursos naturales y la gestión eficiente frente a los riesgos de desastres.

“Los logros alcanzados, no serían posibles sin el compromiso de las comunidades y el apoyo de la institucionalidad pública nacional, regional y local, en cabeza del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y de la local, gobernaciones, alcaldías y corporaciones ambientales, quienes han contribuido a que las medidas implementadas por el proyecto tengan resultados tangibles. Seguiremos trabajando en el fortalecimiento y generación de capacidades locales, que se materialicen en una planeación del desarrollo sostenible y compatible con el clima, y en la construcción  de  territorios   resilientes   y   adaptados,   concluyó  Jimena Puyana, Gerente de Ambiente y Desarrollo Sostenible.