Por. Marta Saenz
Soy una convencida que en la medida que maduramos valoramos lo único cierto con que contamos, el valioso tesoro de nuestra familia, por lo cual hoy quiero compartirles los últimos mensajes relacionados con la familia del Papa Francisco. El pontífice define la familia como la fuente de toda fraternidad, y el fundamento y camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor.
Más allá de los problemas urgentes y necesidades, la familia es un centro de amor donde reina la ley del respeto capaz de resistir el ímpetu de la manipulación y de la dominación por parte de los centros de poder mundanos. Es una gran riqueza social, donde ninguno es dejado de lado, y el anciano o niño se sentirán acogidos. Cuando nos preocupamos por nuestras familias y sus necesidades, y entendemos sus problemas y esperanzas, los esfuerzos repercuten no solo en beneficio de la iglesia sino a la sociedad entera. Apoyar y proteger a la familia para que eduque en la solidaridad y el respeto es un paso decisivo para caminar hacia una sociedad más equitativa y humana.
Hoy, la familia es despreciada, maltratada, y lo que se nos pide es reconocer lo bello, autentico y positivo que es formar una familia, ser familia hoy, y lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la humanidad. Todos sabemos que no existe la familia perfecta, ni el marido o la mujer perfectos. Ni digamos la suegra perfecta. Existimos nosotros, los pecadores. Jesus que nos conoce bien, y nos enseña un secreto: que un día no termine nunca sin pedir perdón.
No debemos olvidar enseñarles a nuestros niños que la familia es la comunidad donde se enseñan valores, Es en el núcleo familiar donde se procura que los miembros se ayuden unos a otros en sus necesidades, se superen los obstáculos y dificultades, y se compartan los logros y éxitos de los demás. En el fondo lo que se fomenta es dejar el egoísmo a un lado, buscando el bien y compartir con el otro. Cuando nos centramos en nuestras preocupaciones y no estamos dispuestos a ayudar a los que nos rodean somos egoístas. Es en darse a los demás miembros de la familia donde se obtiene la alegría.
Para finalizar nuestro pontífice insta a los padres a implicarse más en la vida de sus hijos. Muchos problemas a los que se enfrentan los adolescentes pueden tener su origen en los padres ausentes, que están físicamente en casa pero no tienen tiempo de verdad con sus hijos.
Nota adicional
Todos sabemos que no existe la familia perfecta, ni el marido o la mujer perfectos. Ni digamos la suegra perfecta. Existimos nosotros, los pecadores. Jesús que nos conoce bien, y nos enseña un secreto: que un día no termine nunca sin pedir perdón.