La tramitología, errores de entidades gubernamentales y la indolencia de las últimas administraciones de Montería, han conspirado para que la señora Peña Mestra, sus 4 hijas y 11 nietos accedan a algún tipo de vivienda.
La violencia, ese monstruo devorador de vidas, también ha desprendido gente de sus pequeñas parcelas, es una fuerza descomunal que produce dese hace muños años en rincones de Colombia, la tragedia del desplazamiento, Montería es una de las ciudades con gran volumen de familias desplazadas, y entre sus víctimas se encuentra Mistelia del Carmen Peña Mestra.
Hace 25 años llegó a Montería procedente del corregimiento de Nuevo Paraíso con tres hijas, y con la ilusión de iniciar una nueva vida, pasó por Canta Claro y se recostó con sus hijas a la orilla de un canal, donde con otras personas hicieron parte de la invasión Ranchos del Inat. En ese cinturón de miseria la vida se tornó más dura, en el campo era más llevadera, pero había que huir de la violencia, el instinto de la supervivencia no puede darse el lujo de medir condiciones de vida.
Durante los últimos 12 años el gobierno nacional viene impulsando programas de vivienda de interés social y ahora prioritario, pero la tramitología, errores de entidades gubernamentales y la indolencia de las últimas administraciones de Montería, han conspirado para que la señora Peña Mestra, sus 4 hijas y 11 nietos accedan a algún tipo de vivienda.
Hace doce años, les informaron a quienes ocupaban la invasión Ranchos del Inat, que serían reubicados en parte de lo que hoy se denomina Villa Jiménez, y para cumplir aquella promesa fueron invitados a firmar unos papales que los acreditaban como beneficiarios en el mencionado sector. El programa nunca se concretó, algunas familias volvieron a invadir, fundaron Nueva Belén y con el tiempo les legalizaron sus casas. A la señora Mistelia y 7 familias más nunca obtuvieron sus viviendas, pero debido a la firma de aquel documento, ahora aparecen como tenedores de vivienda y ello les cierra el paso para obtener casas de interés prioritario.
“No he podido acceder a ningún subsidio de vivienda, a ningún programa, porque en el sistema aparece que yo tengo vivienda, una de mis hijas no la postularon porque presenta inconsistencias en la cédula, otra está cruzada con mis datos, y aquí seguimos soportando los olores que producen los residuos de una planta procesadora de leche que llegan al canal”.
Mistelia del Carmen tiene una nieta en situación de discapacidad, por eso no puede trabajar, la misma y su demás nietos necesitan su atención, las hijas trabajan en casas de familias, su esposo es cotero y con eso hacen maniobras para sobre vivir. “Confío en Dios que algún funcionario atienda mi solicitud y me saque de esa base de datos, porque yo no tengo vivienda”, subraya.
Tiene una nieta en situación de discapacidad
Las hijas trabajan en servicio domestico….esposo es cotero.