Por. Mauricio Castilla.
Al gobierno de Montería no le gustan los niños de los barrios populares, la Ventana siguió su recorrido por el sur de la ciudad y llegó a la Institución Educativa Robinsón Pitalúa, donde encontramos unas condiciones físicas deprimentes, aulas sin puertas, el comedor escolar con condiciones antihigiénicas y la cancha de recreación y deportes llena de maleza.
El sanitario tiene solo el nombre, despedazado, lleno de escombros, pisos sin baldosas, paredes destruidas por la humedad y la cisterna dañada. En estos momentos hay uno solo funcionando y el mismo es utilizado por niños y niñas.
Los estudiantes no tienen donde disfrutar un recreo, la cancha está tomada por la maleza y llena de aguas negras, tanto que cuando llueve no hay clases. Frente a los salones de clases pasan aguas negras y los malos olores se sienten en el interior de los mismos.
Pareciera una escuela abandonada en zona rural, pero no es así está ubicada en el área urbana de Montería, en el barrio Robinsón Pitalúa, donde 450 niños batallan a diario contra la maleza y las aguas negras para escuchar sus clases.
Toda esta situación la conoce el alcalde Carlos Eduardo Correa, pero a él no le importan los niños del sur.