La crisis en el hospital San Diego de Cereté tiene a miles de pacientes sin consulta externa, sin atención de especialistas, solo reciben casos de urgencias, algo que pone en peligro la vida de quienes requieren sus servicios y agranda el hueco fiscal de la entidad, estimado en 8 mil millones de pesos. Si no hay servicios no hay facturación y por consiguiente menos ingresos.
La crisis es estructural, tiene que ver con el mismo sistema de salud, el cual permite que las EPS paguen la facturación cuando les dé la gana, y en muchos de los casos niegan parte de los servicios facturados obligando a las ESES a llegar a una etapa de conciliación donde por lo general pierden, algo que viene afectando sistemáticamente las finanzas del hospital. Una persona que conoce el sector le dijo a La Ventana que en esas etapas de conciliación las EPS cobran peajes para cancelar las facturas pendientes, el cual alcanza porcentajes del 20%.
Un gerente de hospital público no puede pagar ese peaje porque no tiene forma de justificarlo contablemente, algo que, si pueden hacer las clínicas en su calidad de entidades privadas, tras acuerdos de sus juntas directivas. Todas estas situaciones ahondan más la difícil situación del hospital, que según algunos de sus trabajadores no tiene doliente, porque no tuvo un respaldo oportuno del pasado gobierno departamental y menos del gobierno nacional.
Algo que puede terminar de agravar la crisis del hospital, son las inspecciones judiciales que vienen realizando funcionarios del Ministerio del Trabajo por la tercerización laboral, es decir por las bolsas de empleos y cooperativas, y de no tomarse los correctivos puede derivar en altas sanciones económicas para la entidad.
El proceso de elección del nuevo gerente del hospital ya comenzó, y es una buena oportunidad para nombrar a una persona con las capacidades técnicas necesarias, que le permitan trabajar por el rescate del Hospital.