Solo el 46% del departamento alberga terrenos aptos para el uso agropecuario. Sin embargo, en la realidad el 66% ya está gobernado por esta actividad, en su mayoría tierras ganaderas que desplazan a la agricultura y afectan los recursos naturales.
En Colombia, el departamento ganadero por excelencia es Córdoba. Por algo esta actividad es la que más genera ganancias en la región, y su capital, Montería, es considerada la capital ganadera del país.
A pesar de también contar con cultivos como arroz, maíz, ñame, yuca, plátano, algodón y cacao, poco a poco la ganadería le ha ganado terreno a la tradicional agricultura.
Este panorama ahora es corroborado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, entidad que evidenció que la actividad agropecuaria (en su mayoría ganadera), ya superó los suelos que cuentan con dicha capacidad.
Según el IGAC, el 46,5% del departamento tiene tierras arables para el uso agropecuario, una cifra que en la actualidad está extralimitada, ya que el 66,3% del territorio cordobés está destinado a la cría de reces o a la implementación de algunos cultivos.
En la actualidad, los 30 municipios de Córdoba tienen presencia agropecuaria, un factor que debería concentrarse y focalizarse principalmente en los ubicados en el norte del departamento, como San Bernardo del Viento, San Antero, Purísima, Momil, Tuchín, San Andrés de Sotavento, Chima, Lorica, Moñitos, Cotorra, Ciénaga de Oro, San Pelayo, Puerto Escondido, Cereté, Ciénaga de Oro, Montería, los Córdobas y San Carlos.
Debido a este uso inadecuado, las áreas con capacidad agroforestal y para la conservación se han visto afectadas. El 51,1% de Córdoba posee suelos aptos para actividades como sistemas agroforestales, forestales, agroforestería, cultivos semipermanentes o de protección, cifra que en la realidad se da solo en el 26,5%.
Este anuncio fue hecho hoy por el IGAC en la conmemoración del Día Mundial del Suelo, fecha que fue celebrada por la entidad en un evento simultaneo en los 21 departamentos con los suelos más afectados por la sobrecarga agropecuaria.
El Director General del IGAC, Juan Antonio Nieto Escalante, aseguró que se le debe poner freno de mano a la ganadería en el departamento y en el país en general, ya que no solo desplaza a la agricultura sino que es la que más afecta la calidad de los suelos; esto debido a la compactación generada por el pisoteo de las vacas.
Además, enfatizó que Colombia aún no ha dimensionado la urgente necesidad de proteger y hacer un uso adecuado del suelo. “A pesar de ser un territorio con una gran diversidad de suelos, hemos desaprovechado nuestro potencial agrícola, extralimitado la ganadería y afectado los ecosistemas estratégicos. Esto se debe a que no hacemos un uso de la información, la cual indica detalladamente las zonas aptas para usos agrícolas, pecuarios, forestales y de protección”.
El funcionario puntualizó que en los nuevos aires de paz que ya se respiran en Colombia, la información del IGAC se convierte en un insumo de primera mano para poner en marcha lo contemplado en la reforma rural integral del Acuerdo de Paz, la cual incluye aspectos como el acceso y uso de las tierras improductivas, la formalización de la propiedad, la frontera agrícola y la protección de zonas de reserva.
“Los suelos serán la base fundamental para el nuevo ordenamiento integral del país, y para alcanzar la tan anhelada paz, una razón de más para que empecemos a protegerlos”.
Otros hallazgos
El IGAC reveló que Córdoba es el sexto departamento del país con mayor porcentaje de su área con conflictos de uso del suelo, superado solo por Sucre, Atlántico, Magdalena, Cesar y Caldas.
El 61,5% de sus suelos presenta un uso inadecuado: 33,9% por subutilización y 27,6% por sobreutilización. Entre tanto, solo el 32,8% respeta la verdadera vocación y capacidad del suelo.
El territorio cuenta con estudios semidetallados en el 18,4% de su área, un factor que impide que su ordenamiento productivo y ambiental se realice de manera acorde a las características de sus suelos.
Recuadro: la inadecuada realidad
Uso que se le debe dar Uso actual
Tierras arables (uso agropecuario) 46,5% (1.165.845 hectáreas) 66,3% (1.663.298 hectáreas)
Tierras no arables (forestales, sistemas agroforestales, agroforestería o conservación) 51,1% (1.281.232 hectáreas) 26,5% (663.904 hectáreas)