“Se fue una gran amiga, hermana, honesta, luchadora, es un gran golpe para su familia y las madres comunitarias de Córdoba, ella significaba una gran esperanza para avanzar en el proceso sindical”. Así la recuerda Leonor Montiel, vocera departamental.
Por. Oswaldo Marchena Mendoza.
En twitter, @marchenojob
Conocí a Nelly Causil Castillo gritándole varias verdades a la directora regional (e) del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en Córdoba, a las afueras donde funciona la entidad en Montería, lo hacía con su acento campesino, pero con gran convicción, segura de sus reclamos y acompañada de un gran número de madres comunitarias. Tuve la oportunidad de entrevistarla varias veces sobre la problemática que las aqueja, me habló de sus luchas, propuestas y sueños. El viernes en las horas de la noche un conductor irresponsable de los muchos que hay en este país, le quitó la vida y apagó su voz.
Desde que el ICBF dio a conocer poco a poco los nombres de quienes serían los nuevos operadores en Córdoba, el sindicato de madres comunitarias, el departamental representado por Leonor Montes, y el de Montería, orientado por Nelly Causil, alzaron sus voces para hacer valer el derecho de unas 15 pequeñas asociaciones de padres de familias de hogares de bienestar que fueron dejadas por fuera de la contratación.
“Mi lucha no es por las grandes fundaciones, la molestia de las madres comunitarias es porque sacaron a las pequeñas cooperativas y asociaciones de padres que tradicionalmente, y sin reclamo alguno venían operando programas del ICBF, los operadores que trajeron de Barranquilla no conocen nuestra región y están incumpliendo muchas de las clausulas de los contratos, 30% de madres comunitarias aun no han sido contratadas, algunas en estado de embarazo”, así hablaba doña Nelly, como cariñosamente la describían sus compañeras.
Leonor Montiel su compañera de batallas.
Un extraño designio de la vida hizo que Nelly Causil, hace 10 años cuando viajaba de su pueblo, el caserío de Tres Bindes corregimiento de Tres Palmas hacia Montería, tras recibir una llamada donde la amenazaban, al sentir mucho temor, se bajó en el barrio 6 de marzo y después de varias vueltas llegó a la casa de Leonor Montiel, vocera departamental de las madres comunitarias, tocó a su puerta y le contó de la amenaza, “Y vengo aquí porque en usted puedo confiar y es mi única esperanza”.
Con voz entre cortada esa anécdota me la compartió Leonor, horas después de su fatal accidente, me dijo que se conocieron hace 25 años en el oficio de madre comunitaria, y que Nelly ingresó al sindicato hace 15 años y desde diciembre del año pasado, por decisión unánime de las madres comunitarias asumió la presidencia del sindicato de Montería. Días atrás en una entrevista con Leonor Montiel, me aseguró que se sentía enferma y cansada, “Por eso estamos preparando a Nelly Causil para que asuma la vocería departamental”.
El viernes en la tarde hablaron de esa posibilidad y de otros temas incluidos en la agenda del sindicato, sobre las 6 de la tarde viajó en moto con un sobrino y una hora después se enteraron de la triste noticia, “Se fue una gran amiga, hermana, honesta, luchadora, es un gran golpe para su familia, para las madres comunitarias de Córdoba, ella significaba una gran esperanza para avanzar en el proceso sindical”. Así la recuerda Leonor.
Doña Nelly viajó este año dos veces a Bogotá, se reunió con la directiva nacional del sindicato de madres comunitarias, estuvo hablando con congresistas, visitó a los organismos de control, una gestión que había empezado a dar sus primeros frutos con la decisión del ICBF de volver a convocar a operadores al banco de oferentes, lo cual le abre una nueva oportunidad para que dichas asociaciones queden incluidas en el mismo, requisito para actuar como operador.
En Tres Bindes la recuerdan como una mujer luchadora, dinámica, sufría al ver tantas necesidades, y siempre decía en las entrevistas que concedía, que los niños eran los más perjudicados por la demora en la operación de los programas del ICBF. Ella consiguió una partida de 15 millones de pesos con el entonces alcalde de Montería, Luís Alfonso León Pereira (q.e.p.d), lo hizo con la ayuda del concejal Daniel Márquez, y llevaron la energía eléctrica al pueblo.
Siempre me he preguntado, ¿Por qué la gente buena tiene que morir? ¿Y de esa forma?, quien defendió la vida de los niños, quedó tirada en una carretera, luego de un aparatoso accidente, hasta que se le fue la vida. ¡Apagaron su voz!, quedaron sus reclamos y propuestas. Descanse en paz amiga Nelly.