El mejor homenaje que le podemos rendir a esas víctimas que hoy están en el cielo, es hacerlas  visibles para que quienes conduzcan entiendan que de su responsabilidad a la hora de conducir, depende su vida y la de muchas personas.

Por: Oswaldo Marchena Mendoza.

@marchenojob

Enith María Pedroza Guerra, hace un esfuerzo para contener las lagrimas y pronunciar entre cortado, “hoy mi hermana Claudia Guerra y sus dos hijas, Esther y Valeria, están cumpliendo 10 meses de fallecidas”. Con estoicismo afrontó la vocería de la familia en los estrados judiciales, donde exigen justicia y para contarle a los medios la historia del accidente que les cambió la vida a toda una familia.

Fue aquella fatal noche del pasado 3 de junio, cuando Claudia Guerra Sánchez y  sus dos hijas, perdieron la vida al ser arrolladas por un vehículo conducido con exceso de velocidad.

Después de orar y abandonar la iglesia, en el Retiro de los Indios, corregimiento de Cereté, cuando   se disponían a cruzar la calle para reunirse como todos los domingos con sus familiares; por los que tanto oraban con infinita devoción;  fueron impactadas por el vehículo, cuyo conductor huyó del lugar de los hechos. La madre y sus dos niñas fueron auxiliadas por moradores del sector y llevadas a centros de salud.

A las tres se les apagó la vida; pero ellas no escogieron morir aquella noche, la música de los sueños infantiles de las niñas dejó de sonar por aquel inesperado accidente de tránsito que se pudo evitar si la persona que conducía lo hubiera hecho de forma responsable y si las autoridades, incluyendo el concesionario de la vía, hubieran atendido los reclamos de la comunidad, quienes días antes  solicitaron la ubicación de reductores de velocidad en ese sector de la carretera.

Todavía, nadie entiende en el Retiro de los Indios, ¿Por qué una señora tan buena, humilde y entregada a los asuntos de una iglesia, tenía que perder la vida junto a sus hijas de esa forma tan brutal? Muchas personas del pueblo mantienen el luto en su interior y se refieren al caso con tanta nostalgia, que la tristeza les apaga las palabras.

Impunidad y olvido.

En el primer Congreso Internacional de Seguridad Vial, que se realizó en Medellín, le escuche decir al director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Alejandro Maya, que necesitamos que las muertes en accidentes de tránsito también nos duelen y nos movilicen como sucede con los siniestros aéreos.   Desnaturalizar los siniestros viales es uno de los empeños del director de la ANSV.

Al cumplirse los primeros 10 meses de  esta tragedia vial, donde perdieron la vida una madre y sus dos hijas, el hecho  no puede ser uno más dentro de la cadena de actos violentos que ocurren en Córdoba. El mejor homenaje que le podemos rendir a esas víctimas que hoy están en el cielo, es volverlas visibles para que quienes conduzcan entiendan que de su responsabilidad a la hora de conducir, depende su vida y la de muchas personas.

El Conductor.

Sergio Rhenals Soto, habitante del sector, está sindicado de conducir esa noche el vehículo que causó la tragedia, y después de varios aplazamientos, para este miércoles está programada la audiencia de imputación de cargos en el Juzgado Cuarto Penal en el Palacio de Justicia de Montería.