Oswaldo MarchenaSi las imágenes de estudiantes en las calles de Bogotá fueron contundentes, las de Medellín rompieron el paradigma que ubicaban a sus habitantes en la otra orilla de la paz.

Por. Oswaldo Marchena Mendoza.

En twitter, @marchenojob

Las mismas redes sociales, por donde viajaron días antes del plebiscito, una ola de mentiras, manipulaciones y montajes de parte de los organizadores del NO, para derrotar al Si, según testimonio del gerente de campaña del No, Juan Carlos Vélez Uribe, sirvieron para mostrarle a los colombianos, que los estudiantes, juntas de acción comunal y todo tipo de organizaciones sociales, es decir, la representación del país nacional, tomaron la decisión de jugar un papel importante en el nuevo escenario de la paz.

Aún no habíamos salido del guayabo que nos produjo a quienes queremos la paz, los resultados en el plebiscito, cuando miles de estudiantes salieron a las calles de Bogotá a reclamar la vigencia de los acuerdos de paz y a presionar al Gobierno Nacional, para que se mantengan las conversaciones y acuerdos, a pesar de los resultados del plebiscito, cuya derrota del SI, le quitó fuerza política a los mismos.

Si las imágenes de estudiantes en las calles de Bogotá fueron contundentes, las de Medellín rompieron el paradigma que ubicaban a sus habitantes en la otra orilla de la paz. Con el transcurrir de las horas, cuando habíamos pasado del postconflicto a la incertidumbre, apareció el despertar del país nacional y decidió echarse al hombro el reto de mantener los acuerdos de la Habana.

País Nacional.

El plebiscito se perdió porque los políticos movieron apenas a media máquina, la locomotora que transporta a los votantes; a esa conclusión llegaron muchos expertos, y ante tal lectura, yo me pregunto, ¿Hasta cuándo vamos a dejar que los políticos decidan por nosotros?, es que en las elecciones del plebiscito, más que la suerte de los políticos estaba en juego la de nosotros.

Sin embargo, cuando los estudiantes, amas de casa, miembros de juntas de acción comunal, e inclusive sectores minoritarios de la sociedad, se dieron cuenta del daño que le hicieron al país por no salir a votar, fue cuando despertó de su letargo el País Nacional y reventó las calles de Bogotá y luego Medellín para clamar por la Paz.

El Nobel de la Paz, como aporte del País Político.

Colombia comenzó a reponerse rápidamente de los negativos resultados en el plebiscito, gracias a que se mantuvo el apoyo internacional, al tono conciliador de las FARC y a la tenacidad del Presidente Juan Manuel Santos para mantener vivo el sueño de la paz. A buena hora, cuando la nación comenzaba a levantarse para retomar la senda de la Paz, le llegó a Colombia el premio Nobel de La Paz, y con él, el aporte del País Político, para mantener la vigencia de los acuerdos de la Habana.

Tutelas y Cabildos Abiertos.

Pero la sociedad necesita herramientas, sólidas y precisas, porque, aunque las marchas ayudan a darle peso político a los acuerdos, lo cierto es que en un país de leyes, todo es susceptible de demandas, y el ex Magistrado de la Corte Constitucional, Eduardo Cifuentes, se convirtió en el faro en la oscuridad de la incertidumbre, tras recordarnos la figura de los Cabildos Abiertos para darle la validez política a los acuerdos de paz suscritos entre el Gobierno Nacional y las guerrillas de las Farc, no sin antes advertir, que dichos acuerdos a pesar de los resultados en el plebiscito no han perdido validez jurídica.

Las organizaciones sociales en Bogotá, en el Caribe y en otras regiones del país, están acudiendo a la vía de la Tutela para hacer valer el derecho fundamental a la Paz, contemplado en el Articulo 22 de la Constitución Política. La Tutela y los Cabildos Abiertos, son los caballos de batalla que servirán al País Nacional para seguir dándole piso político a los acuerdos de Paz.

Qué bueno que las organizaciones sociales hayan decidió participar de lleno y de frente en este nuevo escenario de Paz.