En el auditorio del hotel Sinú, a las nueve de la mañana, se llevó a cabo el acto final de la entrega colectiva de restos a familiares de personas muertas por causa del conflicto armado. Estuvieron presentes representantes de entidades del Gobierno Nacional y regional, del Ejército y de la Iglesia, que durante la ceremonia dio la bendición a cada uno de los cuerpos.
Los 12 cadáveres fueron plenamente identificados y la entrega se realizó en varios momentos: primero, la presentación de casos por parte de los fiscales, forenses y psicólogos a cada una de las familias y de manera individual, luego vino el apoyo del equipo psicosocial de la Unidad para las Víctimas y la explicación técnico forense por parte del equipo de profesionales de la Fiscalía General.
Vicki Ballestas y sus siete hijos recibieron los restos de su esposo y padre, asesinado el 10 de enero de 1995 cuando un grupo de hombres llegó hasta el patio de su casa donde él limpiaba los cultivos de plátano.
“No entiendo porque asesinaron a mi esposo, era un hombre bueno, un campesino reconocido en la región, un buen padre, buen hijo, yo estaba en embarazo de mi última hija con ocho meses y cuando estos grupos al margen de la ley se comienzan a apropiar de los territorios, él decidió llevarme hasta Tierra Alta para que estuviera más tranquila, no estuve cuando lo asesinaron”, afirma la mujer conmovida.
Recibir los restos pareció apaciguar un poco su dolor y darle esperanza. “Agradezco a la Fiscalía, al CTI, a la Unidad para Víctimas, porque hoy nos devuelven el cuerpo de mi esposo, que ya sabemos que recibirá cristiana sepultura, que podremos velar, llevar flores, visitar su tumba, donde rezar una oración por su alma. Los siete hijos y mi persona nos sentimos reconfortados y llenos de regocijo con esta actuación por parte de las autoridades. Se demostró que si hay justicia. Y dejo mensaje para todas aquellas familias que han perdido un ser querido y que no ha sido posible ser reconocido, que tengan fe y esperanza. Hoy, después de 22 años que nos sucedió ese hecho, estamos recibiendo su cuerpo; seguro que ellos también lo pueden recibir”, insistió Vicki.
El director territorial de la Unidad para las Víctimas en Córdoba, Manuel Pacheco, llamó a estos familiares “héroes y heroínas” y agregó: “porque tanta espera por saber dónde estaban sus seres queridos…para ellos es sanar las heridas, si bien es cierto que con esto no reviven a su ser querido… es tener la tranquilidad de que ya están descansando en paz en su última morada”.