“Ninguna de las plantas de agua potable que tenemos en los municipios sobre la cuenca del Sinú y San Jorge tienen los mecanismos técnicos para eliminar el mercurio, lo cual representa un serio peligro”.
“Estamos hablando de casi 53 mil hectáreas produciendo arroz, maíz y otros cultivos que demandan una impresionante cantidad de agrotóxicos que al final dañan nuestras tierras y envenenan nuestras aguas”.
Por: Oswaldo Marchena Mendoza.
En Twitter @marchenojob
Córdoba es uno de los departamentos con mayor riqueza en el país en términos de biodiversidad y ubicación geoestratégica, sin embargo, ambientalistas aseguran que la región ha estado de espaldas durante los últimos 50 años a esa potencialidad, generando, o construyendo una crisis ambiental, que pone en peligro la sostenibilidad del desarrollo del departamento hacia futuro, situación que, dicen los expertos, está generando desigualdades en la población.
Para tomarle el pulso a la vida ambiental de Córdoba, La Ventana dialogó con Juan José López, asesor de la Asociación de Productores para el desarrollo Comunitario de la Ciénaga Grande del Bajo Sinú, Asprocig.
La Ventana: ¿Por qué hablar de crisis ambiental?
Juan José López: Tú la notas, unos polos de riqueza inmenso, pero al lado tienes unos polos de pobreza extrema que generalmente son vergonzosos para una región y la crisis ambiental está dada por el deterioro de los recursos comunes; ¿Cuáles son los recursos comunes y que son básicos para el desarrollo de cualquier territorio o de cualquier sociedad?, el agua por ejemplo, entonces miremos el tema del agua en Córdoba, la fábrica de agua del departamento es nuestro paramo , el nudo del Paramillo arriba en el propio sur de Córdoba, donde observamos que la destrucción del Paramillo es notable, así como de la selva húmeda tropical, que juega un papel importante como zona de aporte de agua y zona estratégica para la conservación de la misma, algo que referenciamos cuando analizamos las imágenes satelitales de los últimos 10 años, donde se nota que la destrucción forestal en el nudo del Paramillo es gravísima, pese a la existencia de un parque natural.
Si seguimos bajando, por ejemplo a las zonas de bosques secos tropical donde están los humedales, todavía la situación es peor, porque todos los humedales que teníamos entre Tierralta, Valencia, Montería, Cereté, San Carlos y San Pelayo, prácticamente han sido desecados, todos esos humedales desaparecieron y fueron convertidas en fincas ganaderas o fincas agrícolas y eso evidentemente pone en situación de peligro y de riesgo inminente en el tema de inundaciones a las poblaciones del Bajo Sinú, Lorica y San Bernardo del Viento que son exactamente los municipios más afectados durante los dos últimos periodos de inundaciones 2007 – 2010.
LV: ¿Qué se puede decir de la contaminación de esas fuentes de agua?
JL: Otro tema es la contaminación del agua, tenemos grandes cantidades de mercurio en el agua de la cuenca del San Jorge, y en la del Sinú, algo que en este último no se daba, hay dos estudios supremamente interesantes que se han reportado durante los dos últimos años, uno hecho por la universidad de Antioquia y otro por la de Córdoba, donde se demuestra que hay malformaciones genéticas en cangrejos en la bahía de Cispatá, y que los niveles de mercurio que hay en las aguas del río y que reposan en la bahía de Cispatá, en la desembocadura del mismo, evidentemente están por encima de lo permisible y por ello causando malformaciones en crustáceos, lo cual también genera graves problemas de salud para la población.
LV: ¿Los efectos de esa contaminación en las personas?
JL. Los efectos en la población son los mismos que hay en todos los seres de la cadena alimenticia, también se da en los humanos, el asunto es ¿por qué los investigadores trabajan con cangrejos?, porque es fácil tomar generaciones de un año para otro, cada 6 meses están tomando muestras de las distintas generaciones de crustáceos y pueden hacerlo, en cambio con humanos los estudios deben ser a más largo plazo, eso conmina también a la universidad de Córdoba y otras universidades a empezar a hacer estudios, a ver que está sucediendo con las poblaciones humanes con el tema de mercurio tanto en el Sinú como en el San Jorge.
Uno nota, además, es que ninguna de las plantas de agua potable que tenemos en los municipios sobre la cuenca del Sinú y San Jorge tienen los mecanismos técnicos para eliminar el mercurio, entonces eso es un peligro y tenemos que empezar a hablar del tema, poner los puntos sobre la mesa, negarlo significa prolongar el problema a largo plazo; ahora sin contar problemas que tienen que ver con contaminación, por ejemplo la CVS llenó el rio Sinú de llantas y se ha demostrado con estudios científicos y lo que ustedes quieran, que no se puede almacenar llantas en sitios al aire libre, no se debe tener llantas en el agua como hizo la CVS, deberíamos estar en este momento desmantelando todas esas estructuras que construyó la CVS, donde se gastó toda la plata del mundo, porque dichas llantas siguen contaminando las aguas con azufre, metales pesado y otras sustancias que están pasando por el río.
LV: ¿Efectos en el desarrollo del departamento?
JL. No podemos pensar en un desarrollo sostenible, que se prolongue, que puedan disfrutar las generaciones futuras, así es imposible superar los grandes márgenes de pobreza que tenemos en Córdoba, si no defendemos y conservamos los recursos comunes, hablando por ejemplo solo del agua, pero imagínate si empezamos a hablar del bosque seco tropical, de la selva húmeda tropical y de la fauna silvestre asociada a esa selva húmeda tropical.
Pareciera que nuestros científicos y políticos cordobeses, no entendieran que las poblaciones humanas hacemos parte de la biodiversidad, y es qué cuando hablo de lo ambiental, yo no puedo pensar que solo es la naturaleza, tengo que referirme también a la interrelación que existe entre el mundo cultural construido y la naturaleza, porque somos altamente dependiente de esas relaciones y eso lo demuestra por ejemplo la polinización, el 80 % de todas las cosas que comemos que llegan a los platos de cada ciudadano todos los días depende de las abejas, de los micos aulladores y de las aves. Son las abejas las que llevan el polen de un lado a otro y hacen posible que la papaya, la piña, salgan, y que tengamos arroz y otros alimentos, por citar ejemplos.
Lo mismo sucede con las semillas, hay unas que no nacen si no pasan por el tracto digestivo de ciertos animales, pero esa lógica pareciera que no la entendiéramos, parece que pudiéramos vivir en una asepsia total de la naturaleza, nos acostumbramos a la imagen de los grandes centros comerciales que nos producen la percepción de estar aislados del mundo.
LV: ¿Seguimos siendo un departamento rico en biodiversidad?
JL. Una de nuestras principales riquezas en Córdoba es tener dos valles, de los más ricos del mundo en términos del suelo, pero vivimos de espaldas a esa realidad, porque a dichos suelos les metemos tractor permanentemente, y lo estamos erosionando, haciendo que pierda su calidad con toda la carga de agrotóxicos que le estamos derramando, estamos hablando de casi 53 mil hectáreas produciendo arroz, maíz y otros cultivos que demandan una impresionante cantidad de agrotóxicos que al final dañan nuestras tierras y envenenan nuestras aguas.
LV: La responsabilidad de las autoridades ambientales
JL. Recuerde que la ley 99 habla de responsabilidades en términos de autoridad ambiental, los municipios, gobernaciones y CAR, son autoridad ambiental, pero ahí suceden que hay una fragmentación en la institucionalidad, en la acción del Estado, no hay una cohesión, una concurrencia, una institución líder que agrupe políticas, porque por un lado actúa el Ministerio de Ambiente fijando políticas, por una parte la ANLA expidiendo licencias, las corporaciones haciendo estudios, mientras que los municipios y gobernaciones tienen otras prioridades.
LV. ¿También hay que tener en cuenta que fenómenos naturales como el niño y la niña afectan mucho?
JL. Bueno es lo que nos venden, fenómeno del niño y la niña hemos tenido toda la vida, ahora que la frecuencia de los mismos aumente, que la intensidad sea mayor, vaya y venga por todo el contexto del cambio climático o de calentamiento global, pero lo que ha pasado es que tenemos mayor vulnerabilidad frente a esos fenómenos climatológicos que toda la vida han ocurrido, que hacen parte de la variabilidad climática que tenemos, pero somos muchos más vulnerables frente al fenómeno del niño, cuando decimos por ejemplo que la margen izquierda de lorica ha perdido el 95% de su cobertura vegetal, y mucho más sin el bosque seco tropical y sobre todo cuando estamos perdiendo la selva húmeda tropical en el nudo del Paramillo, y somos más vulnerables a inundaciones catastróficas si no hay un bosque que regule y si no tenemos humedales.
Cuando hablo de crisis ambiental, no es solo la perdida de esos recursos comunes que tenemos, si no también es la concepción que le estamos dando a lo ambiental y la fragilidad de nuestras instituciones para enfrentar el tema, y se ha evadido ese debate en Córdoba, el debate ambiental se ha evadido y se ha señalado simplemente que estoy restaurando y recuperando tal ciénaga y nunca se habla que el desarrollo de los cordobés depende exclusivamente de lo que hagamos con nuestros recursos comunes y de una concepción ambiental mucho más sistémica que nos convide a nosotros como seres humanos a desarrollar nuevas conductas de relación con esa naturaleza.