En Córdoba y en todo el mundo, los mandatarios tienen que entender que si continuamos enterrando las basuras, también no seguiremos tirando el planeta.
Por: Oswaldo Marchena Mendoza.
@marchenojob
Estamos atorados de basuras y sin embargo tenemos una sola opción para depositarlas en el relleno sanitario Loma Grande en Montería. El día que avisen que no cabe una bolsa de basura más nos tocará llevarlas a los rellenos de departamentos vecinos, si es que antes no despegan iniciativas privadas en la región.
Ojalá que este tema de falta de sitios para la disposición de residuos sólidos, no nos coja como la pandemia que nos encontró sin una adecuada infraestructura hospitalaria, porque entonces nadie imaginaba que nos tocaría enfrentar el virus del COVID-19. Es lo mismo, estamos convencidos que nunca nos llegará una emergencia por esa carencia y no alcanzamos a evidenciar el daño inconmensurable que ello pueda ocasionar en el aspecto ambiental y sanitario.
Pero, ojo; estamos hablando de lugares para tratar y transformar la basura, y no de espacios para enterrarlas.
El tema de un relleno sanitario regional no está en la agenda pública en Córdoba, y no aparece en el orden del día de los gremios y empresarios del departamento. Es como si el problema de la disposición de basuras no importara, o no implicara riesgo alguno para el ambiente.
¿Qué ha hecho la Gobernación de Córdoba y los municipios del departamento para resolver los problemas de residuos sólidos, a propósito de la Sentencia SU-217/17 del 18 de abril?, donde la magistrada ponente, Victoria Calle Correa en el artículo cuarto dispuso lo siguiente:
CUARTO: Ordenar la creación de una mesa de trabajo entre Servigenerales, las Alcaldías de Córdoba y la ANLA en la que se defina un espacio de participación adecuado para todos los pobladores de Loma Grande, entre ellos la comunidad indígena Jaraguay, que habita el lugar, los campesinos, los socios del club, los trabajadores y las demás personas que se consideren afectadas; se evalúen, con base en estudios técnicos adecuados, las posibles alternativas para la disposición de residuos sólidos en el departamento de Córdoba y se establezcan vías de concurrencia en la solución de los problemas ambientales detectados por la ANLA en el trámite de licenciamiento ambiental, así como la mitigación y la compensación de las cargas y beneficios del relleno sanitario Loma Grande.
Lo ordenado en ese texto de la Corte Constitucional hasta ahora es letra muerta, un saludo a la bandera, es una sentencia que está en desacato porque en Córdoba, ni los municipios, ni el departamento han hecho algo para buscar y adecuar un sitio para la disposición de residuos sólidos.
Vale la pena preguntar ¿Se han evaluado, con base a estudios técnicos adecuados, las posibles alternativas para la disposición de residuos sólidos en Córdoba? ¿Qué ha hecho al respecto la Alcaldía de Montería, como municipio receptor de la mayoría de las basuras de los otros municipios?
Es oportuno reconocer que la única entidad que ha indagado soluciones e incluso buscando que vengan inversionistas de otras regiones y multinacionales ha sido la Corporación Autónoma de los Valles del Sinú y San Jorge, CVS, técnicamente evaluando los procesos de licencias para que existan alternativas.
Desde el año 2007, la CAR CVS ha insistido a todos los entes territoriales sobre la necesidad de regionalizar el tratamiento de los residuos sólidos y que los municipios actualicen e implementen sus (Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos) PGIRS y mejoren la recolección de los residuos sólidos en las zonas rurales, pero la solicitud no ha tenido eco político administrativo en Córdoba.
Departamentos como Antioquia tiene un sitio de disposición de residuos sólidos por cada tres municipios y en Córdoba uno solo prácticamente para todos los municipios.
En los argumentos de la sentencia se lee “Con la instalación de rellenos sanitarios se pretende dar cumplimiento al mandato establecido décadas atrás en el Decreto 2811 de 1974…..cuyo artículo 34 señala que en la recolección, tratamiento y disposición final deberán emplearse los mejores métodos, de acuerdo con los avances de la ciencia y la tecnología, mientras que en su artículo 36 establece que en la disposición o procesamiento final de las basuras se utilizarán preferiblemente aquellos medios que eviten el deterioro del ambiente y de la salud humana, permitan reutilizar sus componentes, producir nuevos bienes y restaurar o mejorar los suelos”, es decir todo lo contario a lo que ocurre hoy en el relleno Loma Grande donde la basura se entierra y no se procesa.
En Córdoba y en todo el mundo, los mandatarios tienen que entender que si continuamos enterrando las basuras, también no seguiremos tirando el planeta.
En el bajó Sinú no saben qué hacer con los residuos sólidos.
En la primera cumbre de alcaldes de Córdoba, que se realizó el año pasado en Montería, el alcalde de Lorica, Jorge Negrete, a nombre de los mandatarios del bajo Sinú, dijo algo que pasó inadvertido, “Nosotros generamos 2 mil 100 toneladas de residuos sólidos mensuales, cerca de 25 mil toneladas al año y no tenemos un lugar para la disposición”. El dato quedó flotando en el ambiente y no se sabe si el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa, incorporó el tema a su agenda.