La menor mantuvo oculto el hecho, hasta que decidió contarle lo ocurrido a su psicóloga después de presentar cambios en su comportamiento.

Un aberrante caso de abuso sexual se presentó en Soledad, Atlántico. Allí una estudiante de once años le contó a su psicóloga que cinco compañeros la tomaron por la fuerza y abusaron de ella. El hecho se presentó en el mes de abril, pero la niña decidió guardar silencio por temor a ser juzgada.

El hecho se presentó en la Institución Educativa Técnica Industrial Blas Torres De la Torre. Cinco estudiantes de bachillerato, mucho mayores que la niña, tomaron a la menor y abusaron de ella en un rincón del patio del colegio.

«Fueron cinco adolescentes que comenzaron a tocarla, uno de ellos la agarró por detrás, le taparon los ojos, le bajaron su ropa interior y cuando iban a cometer sus actosmi hija lo mordió, como pudo se zafó y salió corriendo», contó la madre de la niña en entrevista con RCN Radio.

La menor decidió mantener oculto lo que había ocurrido y fue remitida al psicólogo pues en las últimas semanas había presentado cambios bruscos en su comportamiento, por lo que sus padres sospecharon que algo no andaba bien. La estudiante solía dibujar muy bien y ya no lo hacía, además sus calificaciones empeoraron considerablemente. La docente reportó también que la niña se quedaba en el salón y no salía a recreo.

«Ella solía dibujar y ya no quería hacerlo, no dormía o por el contrario dormía mucho, lo mismo ocurría con la comida, me perdió cuatro materias en el colegio cuando siempre sus notas estaban entre 90 y 100, todo esto fue muy extraño para mí, incluso pensé que sería un caso de dislexia porque se estaba ‘comiendo’ letras en sus lecciones», le contó la madre en declaraciones recogidas al aire en RCN Radio.

Fue la profesional en salud mental quien se dio cuenta de lo que le ocurría a la menor: «todo esto me llevó a consultar a una psicóloga, la cual le practicó unos test y se descartó que fuera dislexia, pero a raíz de unos dibujos donde tenía que representar a la familia y la figura humana, y ahí creó la alerta, porque los trazos fueron muy definidos y además escondió las manos. Ahí la psicóloga me dijo que podría tratarse de un casos de abuso».

Finalmente, la madre contó a RCN Radio que la menor le confesó lo que había ocurrido en medio de las lágrimas: «Cuando la cuestioné ella empezó a llorar y le pregunté que si le habían pegado, si la estaban matoneando, pero cuando le pregunté si la estaban abusando, ella soltó el llanto y me dijo que ella no quería, que la perdonara, era tanto la presión que ejercieron estas personas en ella, que pensó que lo ocurrido era su culpa».

La familia ya se encuentra recibiendo asesoría jurídica para iniciar un proceso legal contra los responsables y elevar una denuncia penal ante la Fiscalía General de la Nación.

Tomado de: kienyken.com