El pasado 25 de noviembre la multinacional minera CERRO MATOSO – SOUTH32 anunció con bombos y platillos la entrega por parte de su Sindicato del pliego de peticiones; en el mismo comunicado se fijó el día 28 del mismo mes y año como fecha de instalación de la mesa de negociación, se debe resaltar que en la misma nota que publicita la compañía minera en su página oficial dice, “con la que se busca actualizar la Convención Colectiva de Trabajo”, de entrada, no se necesita ser un superpronosticador o clarividente para lograr entender que lo que se propiciaba por Cerro Matoso y su Sindicato era la ausencia de algún tipo de reivindicación laboral para zanjar un poco las diferencias entre los dos regímenes existentes de contratación, bajo la reconocida figura de ofrecer una llamativa suma de dinero (bono).
El 28 de diciembre Cerro Matoso – South32 logra su cometido, pactó con su Sindicato la firma de una nueva convención colectiva de trabajo por vigencia de 5 años, que va desde el 01 de enero de 2023 hasta el 31 de diciembre de 2027, aunque esta palabra “pacto” suene un poco extraña entre dos personas jurídicas que comparten las mismas ideologías y pensamientos; ante estos hechos que tienen apariencia de legalidad en un porcentaje alto de la población trabajadora y en la sociedad en general, detrás de ellos se esconden un sinnúmero de estrategias y políticas antisindicales y el mayor afectado sin duda alguna de todas estas argucias es la organización sindical SINTRACERROMATOSO, que inicia la negociación colectiva el 03 de enero de 2023. Bajo esa panorámica, ¿logrará SINTRACERROMATOSO algún tipo de reivindicación laboral para sus afiliados cuando el otro sindicato le pavimentó la vía a Cerro Matoso?