Desde hace seis meses, 271 familias de los indígenas Embera-Katío, se hallan desplazadas en el municipio de Tierralta, en zonas del Alto Sinú en el Parque Nacional Natural Paramillo. El desplazamiento se registró desde el 24 de septiembre del año pasado.
Los nativos pertenecen a las comunidades de Nehondó, Koredó y Kapucudó en esa parte de los ríos Sinú, Verde, Esmeralda y Manso, al extremo sur del departamento de Córdoba.
El desplazamiento se registró cuando hubo sobrevuelos de helicópteros del Ejército en esa zona montañosa, lo cual atemorizó a los aborígenes, ya que se avecinaban combates contra el grupo armado ilegal que delinque en esa zona.
Por ese motivo, los representantes de esta etnia, tuvieron que salir llenos de pánicos de las comunidades afectadas y hasta el momento no han podido regresar a los lugares de origen.
Algunos de los indígenas de la parte rural de Nehondó, se trasladaron hasta el centro de esa población. Mientras que las comunidades de Koredó y Kapucudó, se desplazaron en masa también a Nehondó. Tanto Koredó como Kapucudó están ubicados, por lo menos, a dos horas de Nehondó.
En ese lugar tuvieron que construir cambuches los cuales se hallan en condiciones deplorables, por lo que han estado sufriendo durante los seis meses que llevan en ese sitio del Parque Paramillo.
El director de la Unidad de Víctimas en Córdoba, Marcelo Vega Avena, dijo que, como consecuencia de los hechos registrados, hubo casas averiadas y cultivos dañados en esa jurisdicción de Córdoba.
En ese contexto, la Unidad de Víctimas con la Defensoría del Pueblo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Cruz Roja Colombia, han prestado atención humanitaria consistente en llevarles agua potable, alimentación y adecuaciones para las excretas.
A muchos de estos nativos se les han perdido los cultivos de arroz, maíz y plátano, entre otros, ya que le quedan a una hora o más tiempo de distancia. Asimismo, los grupos armados les ponen límites imaginarios, prohibiéndoles la circulación por el lugar.
En estos momentos las diferentes organizaciones y entidades que prestan ayuda humanitaria y de protección a los aborígenes, están estudiando la posibilidad de que estas personas regresen a sus sitios de origen. Pero para ello, necesitan un concepto de seguridad para garantizarles la vida a cada uno de ellos.
Informaciones de inteligencia, de los organismos de seguridad, precisan que, en ese alejado sector boscoso de Córdoba, tiene presencia el grupo armado ilegal Clan del Golfo o Autodefensas Gaitanistas de Colombia, como ellos mismos se hacen llamar.