dsc01610_2-810x373Tomado de: http://naturalpress.net
Escrito por Natural Press

CITES cambio de apéndice la especie para poder usarla

La más reciente decisión tomada en la COP17 (Conferencia de la Partes sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas), (CITES) que actualmente se realiza en Johannesburgo en Sudáfrica, es un sueño hecho realidad para los caimaneros de la Bahía de Cispatá en el departamento de Córdoba, al permitir que el Caimán Crocodylus acutus especie amenazada en el país, pasó por unanimidad del Apéndice I al II, permitiendo a futuro la comercialización de sus pieles en el mercado internacional provenientes de rancheo, cría en granjas que buscan desarrollar y promover el equilibrio entre el aprovechamiento de las especie y su conservación a largo plazo.

Delegación de Colombia en la COP17 en Johannesburgo.

Delegación de Colombia en la COP17 en Johannesburgo.

La medida beneficiará directamente a las comunidades locales que a través de la asociación ASOCAIMAN han venido desarrollando el programa de conservación de la especie en compañía de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Río Sinú y San Jorge y de los biólogos Giovanni Ulloa y Clara Lucía Sierra coordinadores científicos del proyecto.

El programa ha permitido el crecimiento de la población de caimanes en la zona de manglar mejor conservada de Colombia, el Distrito de Manejo Integrado de la Bahía de Cispatá, Tinajones, La Balsa y Sectores Aledaños ubicado entre los municipios de San Antero, San Bernardo del Viento y Santa Cruz de Lorica.

La historia de un proyecto de conservación exitoso

Lo que hoy se convierte en una iniciativa territorial de paz a través del manejo de una especie como el caimán aguja, inició en el 2002 cuando Ulloa y Sierra, descubrieron la problemática en la que se encontraba la población en esta zona del país, caracterizada según ellos por una escasez de neonatos y juveniles de la especie,  pero con un número de adultos suficientes para recuperar la población; para ambos había una esperanza.

El caimán aguja era una especie amenazada en Colombia y declarada en peligro de extinción, enfrentaba una dura situación en la bahía de Cispatá como consecuencia de la caza indiscriminada para vender en el mercado negro de pieles y la pérdida de su hábitat, los manglares.

Un año más tarde de dar a conocer la situación del caimán, La Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge CVS, implementó un programa experimental de manejo de la especie que empezó a ser acogido entre antiguos cazadores que se convertirían en conservacionistas a través del desarrollo de actividades de turismo y educación, monitoreo, observación y recolección de huevos en nidos en aproximadamente el 80% del territorio en el que tenía presencia la especie.

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Los 18 pescadores organizados en ASOCAIMAN trabajaron en la construcción de lugares de anidación en forma de camas en los manglares, que empezaron a ser  usadas por las hembras que dejaban sus huevos para luego ser recolectados por ellos, incubados de manera artificial y levantados en cautiverio para luego ser liberados a la vida silvestre, haciendo la actividad cada vez más atractiva para turistas que visitaban la región para conocer el proceso, apoyando con esto a los pescadores y sus familias que cambiaron sus ingresos de la caza ilegal por una actividad totalmente legal a favor del ambiente.

Actualmente la estrategia de camas ha contribuido como medida de mitigación y adaptación para contrarrestar los efectos del ascenso del nivel del mar sobre las áreas naturales de postura de huevos, ayudando a garantizar una anidación segura para tener como resultado el nacimiento de más ejemplares que contribuyan con el crecimiento de la población de caimanes en Cispatá.

La liberación de más de 8 mil 400 ejemplares a la vida silvestre entre el año 2004 y 2014 y el desarrollo de la actividad en más de 1500 hectáreas de mangle, ha permitido bajar la presión sobre las poblaciones naturales que hoy se recuperan considerablemente y han aumentado la protección del mangle también bajo una metodología de uso sostenible que hoy beneficia a las asociaciones de mangleros de la zona.

El  éxito de la implementación de áreas artificiales o camas para las posturas de huevos de las hembras de caimán, ha permitido en 13 años que los pescadores hayan obtenido cerca del 64 % de nacimientos de los (400 nidos)implantados en medio del bosque.

Lo que viene para Colombia

Con una clara propuesta de fortalecimiento comunitario el cambio de apéndice le permite  a las comunidades realizar actividades de sacrificio técnicamente adecuadas y enmarcadas en sistemas humanitarios, sin sufrimiento y  crueldad cumpliendo con la normatividad correspondiente.

Según la enmienda, ”se propone iniciar el aprovechamiento con una cuota experimental de 200 pieles anuales hasta agotar el stock (2019-2020)” y “posterior al inventario actual, la definición de las cuotas de comercialización se establecerá y basará en la información científica del monitoreo de las poblaciones liderará por la CVS, acompañada por las comunidades locales y con la articulación y revisión de expertos y las Autoridades CITES de Colombia” afirma el documento.

La definición de la cuota se analizará y ajustará anualmente para aplicarla de acuerdo con los contextos biológicos y normativos de manera que se puedan adoptar las medidas necesarias para que las extracciones no vayan en detrimento de las poblaciones y aporten a la conservación de la especie. El 10% de los animales deberán ser liberados a la vida silvestre luego de un proceso ajustado al plan de manejo aprobado.

El cambio de la especie Crocodylus acutus del Apéndice I al II fue posible gracias al trabajo conjunto del Ministerio de Ambiente, el Instituto Alexander von Humboldt y los biólogos Clara Lucia Sierra Y  Giovanni Ulloa que redactaron el documento que le dio los argumentos técnicos al proceso mostrando una experiencia que ha permitido en el tiempo no sólo la conservación de la especie sino el mejoramiento de la calidad de vida de toda una comunidad.

Con la decisión tomada en la COP17 de CITES, el país tiene el reto de bajar la presión sobre las zonas de explotación del caimán y proteger la bahía de manglar mejor conservada de Colombia liberándola del desarrollo de proyectos económicos que impacten la zona.

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