Espacios de Paz y Reconciliación: mejorando prácticas para la convivencia

90 tierraltenses  se formaron en Escuelas de Perdón y Reconciliación y en Círculos Restaurativos, metodologías que facilitan la re-construcción del tejido social y la resolución efectiva de conflictos.

El proceso permitió que los participantes generaran consciencia de la relación de sus prácticas con el significado del perdón y la reconciliación en la vida cotidiana.

Como resultado del trabajo colectivo de la comunidad, se entregó una cancha múltiple, espacio seguro símbolo de convivencia y reconciliación en Tierralta.

Tierralta.

El momento que vive Colombia requiere acciones concretas que aporten a la reparación y reconciliación de las comunidades, así como la generación de herramientas para el manejo de conflictos y restauración de las relaciones. Respondiendo a este objetivo, Coca-Cola FEMSA, Fundación para la Reconciliación y la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN),  decidieron, por sexto año consecutivo, seguir aportando a la construcción de paz en las regiones del país.

Durante el segundo semestre del año 2017, el barrio Nueve de Agosto de Tierralta fue escenario de acogida del programa Espacios de Paz y Reconciliación que se desarrolló con 90 personas en tres fases:

  • Formación en Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE), proceso que invita a la sanación de heridas personales causadas por conflictos y genera herramientas de memoria, reparación y diálogo. La metodología diseñada por la Fundación para la Reconciliación se implementa con éxito en 19 países y ha trabajado con más de dos millones de personas en 15 años.

  • Formación en Círculos Restaurativos, encuentros reflexivos y experienciales que desarrollan habilidades ciudadanas que permiten mejorar el manejo de conflictos desde un enfoque restaurador, a través de ejercicios prácticos de mediación y caracterización de los conflictos.

 Concertación y construcción una obra física de beneficio comunitario y símbolo de reconciliación. Los habitantes de Tierralta definieron la

  • construcción de una cancha múltiple como la mejor forma de transformación de espacio, que les permitirá tener un lugar seguro de encuentro, diálogo y memoria del proceso que permitió fortalecer sus capacidades de convivencia.

La disposición de las comunidades a las prácticas de perdón y reconciliación aumentó, mostrando un mayor índice de consciencia en relación a las consecuencias de sus acciones.  Particularmente frente al concepto perdón,  el proceso facilitó su comprensión como una práctica sanadora, basada en el diálogo, la justicia restaurativa y la memoria transformadora.

“Participar me ha enseñado que el perdón nos ayuda a cicatrizar heridas, no a olvidar, a liberarnos. Hoy tengo otra perspectiva de la vida, antes de actuar intento entender las situaciones y ser constructivo” indica Jesús Peñaloza, participante del proceso.

Para las tres organizaciones líderes del programa,  fortalecer el liderazgo de la comunidad y sus capacidades para el manejo de conflictos a escala social y familiar, es la mejor forma de dejar capacidad instalada que haga sostenible la sana convivencia y la construcción de paz.

“Sabemos que el sector privado juega un importante rol en la construcción de paz y reconciliación en Colombia, por eso desde 2009 en Coca-Cola FEMSA estamos comprometidos con programas que como Espacios de Paz y Reconciliación que aportan a que las comunidades puedan restaurar su tejido social.  Estamos muy orgullosos de los logros que este año han alcanzado en Tierralta, donde es palpable que juntos hemos transformado positivamente a esta comunidad, que tiene incorporadas capacidades para reconciliarse” resaltó Silvia Barrero, Vicepresidenta de Asuntos Corporativos de Coca-Cola FEMSA.

Desde el año 2012, la iniciativa liderada por la alianza entre Coca-Cola FEMSA, Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN) y Fundación para la Reconciliación, ha llegado a 12 ciudades de Colombia como Ibagué, Montería, Santa Marta, Pereira, Villavicencio, Barrancabermeja, Yopal, Valledupar, Cali, Neiva, Pasto y Tierralta, logrando cerca de 1238 participantes, de los cuales 641 han sido personas en proceso de reintegración, y beneficiando a más de 23 mil miembros de la comunidad.