Por CRISTIAN BETANCUR.
Después de enterarme de la muerte del habitante de calle de la ciudad de Monteria conocido como el monedita, quien era conocido popularmente con ese nombre porque solía pedir una moneda para comprar un cigarro, recordé la triste historia causante de su desgracia, está como parte de la injusticia Colombiana y que lo llevó a jamás ser esa persona alegre y trabajadora que lo caracterizaba, según aquellas personas que lo conocieron en su juventud.
Muchas veces las personas solemos juzgar a los habitantes de callé con problemas de drogadicción, pero más allá de eso, casi siempre existe un trauma mental que le causó su terrible problema.
Así es la historia del Cejudo o Monedita. No siempre fue un habitante de calle, era una persona del común que como todos nosotros, trabajaba a diario para ganarse la vida y poder comer, ayudar a su mamá y quería cumplir todos sus sueños. Fue inculpado, encarcelado injustamente por un presunto abuso sexual, la justicia con el tiempo se dio de cuenta de que habían cometido un grave error, ya que pudo ser comprobada su inocencia, pero este no es el problema, ya que cuando obtuvo su libertad, el Monedita jamás volvió a ser el mismo.
Mientras estuvo pagando injustamente su condena, era golpeado, drogado y posteriormente abusado sexualmente por muchos reclusos.
Muchas familiares y vecinos de la que fue su residencia en el barrio garzones, manifestaron de que lo intentaron rehabilitar en varias ocasiones y que puso de de su fuerza de voluntad. Pero fue muy difícil ya que dicen que había perdido su cordura, jamás volvió a tener una sonrisa sin mostrar dolor, sin poder ocultar su trauma.
Esta es una de las tristes historias de la injusticia en Colombia.
El primero de octubre luego de su muerte y reflexionar bastante, solo quiero que por fin pueda descansar en paz, ya que más de la mitad de su vida estuvo frustrada, entre el dolor y el haber perdido todos sus recuerdos de aquella vida normal y feliz que un día tuvo.
Paz en su tumba.