En el marco del Sistema Regional de Áreas Protegidas del Caribe colombiano- SIRAP y bajo la campaña Conexión BioCaribe, se esta llevando a cabo el Proyecto del Fondo para el Medio Ambiente Mundial – GEF “ conectividades socioecosistémicas” – que está siendo implementado por laOrganización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO. Un proyecto sin precedentes en la región que apunta a uno de los retos más importantes, recuperar la función de los ecosistemas, en los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, la región de Urabá y norte del Chocó, como piloto inicialmente.
Con una inversión de 57 millonesde dólares se busca reducir la degradación y fragmentación de los ecosistemas estratégicos de la Región Caribe de Colombia, a través una estrategia de conectividades que incluye, entre otros , la creación de nuevas áreas protegidas y la promoción de modelos de producción sostenible en sus corredores. Las gobernaciones, corporaciones autónomas regionales y Parques Nacionales son los principales socios estratégicos con un aporte de 55 millones de dólares a través de la inversión en nuevas áreas y proyectos productivos sostenibles. El GEF realiza un aporte de 5 millones de dólares que permite la complementariedad de las acciones de conservación adelantadas en los departamentos.
Con las iniciativas de las corporaciones autónomas y el apoyo del proyecto se estaría ampliando para el 2019 en más de 700 mil hectáreas de áreas protegidas y 1.200.00 hectáreas en corredores biológicos que contribuyen a la conectividad de las áreas protegidas, un gran paso que supera la meta presidencial y compromisos internacionales adquiridos por el país.
El presidente del SIRAP Caribe, Jhonny Avendaño, afirmó “Hoy más que nunca las CAR, Parques Nacionales y los Entes Territoriales estamos comprometidos con la responsabilidad frente al mundo en la preservación de la biodiversidad para el desarrollo y el bienestar de las generaciones futuras”. Agregó que entre las áreas protegidas apoyadas por el proyecto y las iniciativas de las demás autoridades ambientales en la región Caribe se suman un millón seiscientas mil hectáreas, «prácticamente» el 64% del compromiso nacional a nivel internacional.
Dentro de los resultados del proyecto, se destacan estrategias de planificación, monitoreo y un sistema de información geográfica a nivel regional, herramientas que facilitan la toma de decisiones y la gestión en el territorio. Según el director de la CVS José Fernando Tirado“ Córdoba tiene sus fortalezas definidas ambientalmente y son el recurso hídrico y la
biodiversidad por ello como autoridad nos vinculamos y articulamos a Conexión BioCaribe a través de uno de los proyectos más importante que esta liderando la CVS que es la consolidación del Sistema Departamental de Áreas Protegidas, teniendo como ejes estratégicos las áreas de preservación y sus conectividades.
El desafío, es consolidar actividades agropecuarias en 4 corredores que conjuguen con laprotección ambiental en 2.429 hectáreas de conectividad. Por tal razón, con la experiencia de la FAO en la implementación de las escuelas de campo – ECAS- el proyecto aporta en los corredores innovación social, a través del desarrollo rural sostenible. “ Hemos llegado a más de 1.100 familias en 868 parcelas que cubren 48 hectáreas con planes de producción sostenible a través de sistemas pastoriles, agroforestales – cacao –y huertos mixtos contribuyendo a la seguridad mejorar ando los ingresos familiares, señaló María Isabel Ochoa coordinadora del proyecto
Esta iniciativa, manifestó la Secretaria Ejecutiva del SIRAP Caribe, Adela Castro, no solo tiene un impacto positivo en la conservación de la biodiversidad, sino que «envía una señal firme en aumentar la capacidad productiva en laszonas rurales, en especial en esta etapa del posconflicto a través de modelos económicos basados en la sostenibilidad y corredores biológicos que beneficie y conecte a toda la región Caribe. Una región que tiene el número más elevado de solicitudes de restitución de tierras”.
Los ganaderos, agricultores, empresarios, campesinos, las comunidades étnicas y afrocolombianas, en fin la sociedad en general juegan un papel importante en darle un valor agregado a la biodiversidad que permita mejorar el bienestar humano y fomentar el desarrollo.